PULSO/ Tramas, temores y temeridades

EDUARDO MERAZ

Ante la proximidad del adiós y del olvido, dejando a la vera del camino lo que no pudo ni quiso ser, el mandatario palaciego teme un retiro lejos de La Chingada -su finca de Palenque-, por lo cual trama un final de sexenio abrupto.

De otra forma no se entiende la temeridad de sus dichos mañaneros de este 12 de marzo, al aventurar la posibilidad de la nulidad de la votación presidencial en junio, como resultado de un “golpe de Estado técnico”.

Históricamente los fraudes electorales en México y el mundo, para ser considerados como tales, provienen de la clase y el partido gobernante, no de los opositores.

Estas expresiones del habitante temporal de Palacio Nacional son en realidad manifestación de su subconsciente por los números de las encuestas, poco alentadores en torno a la abanderada del oficialismo, en contraste con el aumento de la candidata de oposición.

Los estudios demoscópicos serios revelan la “derechización” no sólo en la Ciudad de México, sino en todo el país. Es decir, están hartos de un gobierno engañoso, incumplido, malhecho, corrupto y evasor de la ley.

Es precisamente el nulo apego del ejecutivo a respetar y hacer cumplir la Constitución y los ordenamientos emanados de ella, la principal causal por la cual el poder judicial puede declarar nula la elección del 2 de junio.

De poco le ha servido tratar de debilitar a los órganos electorales, el INE y el Tribunal, ya sea reduciéndoles el presupuesto o buscando consejeros y magistrados más afines ideológicamente.

Sin embargo, han sido de tal magnitud sus excesos verbales y sus afanes injerencistas en el proceso electivo, imposibles de ocultarse, por lo cual está a punto de constatar que la ley es la ley, pésele a quien le pese.

No en balde la magistrada presidenta del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), Mónica Soto, señaló que cualquier servidor público, incluido el titular del ejecutivo, debe apegar sus pronunciamientos a los márgenes que establece la ley durante el proceso electoral, o de lo contrario habrá sanciones.

Precisó que el Tribunal no es un actor político, no está en campaña ni buscando una candidatura. El TEPJF es parte de nuestro sistema jurídico y electoral, por lo que ningún partido político ni grupo de poder podrá decir ni a mí ni a ninguno de mis compañeros qué hacer, ni cómo votar».

Sin embargo, no debe descartarse la aplicación de un “Plan B” electoral de parte del presidente totalmente Palacio Nacional, a través del cual la violencia cumpla una labor atemorizante e incontrolable hacia los ciudadanos y sirva de pretexto para anular la elección.

Tal alternativa sería la “tabla de salvación” a la cual se aferrará el cuatroteísmo, si en las próximas semanas Claudia Sheinbaum sigue a la baja. En caso extremo, los hechos de violencia se podrían presentar durante la jornada electoral.

En cualquiera de estos escenarios, sería inevitable la presencia activa de las fuerzas armadas y del crimen organizado, al formar parte de los temores, tramas y temeridades palaciegos.

He dicho.

EFECTO DOMINÓ

“Por lo visto, la fascinación por cambiar nuestro oro por espejitos ibéricos permanece viva entre algunos distinguidos notables de nuestro país”, señala La Jornada en su editorial Rayuela.

Como la compra de las añejas plantas a Iberdrola, le faltó agregar.

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