PULSO/ Poco Clara

EDUARDO MERAZ

Las jóvenes generaciones de mexicanos, difícilmente habrán oído hablar de las llamadas “rentas congeladas”, un medida adoptada por el gobierno para evitar el aumento en el precio de las viviendas de alquiler, lo cual originó el deterioro de edificios y la nula construcción de habitaciones de este tipo.

Hoy, con el antecedente o amenaza de entregar viviendas a invasores -una de las ocurrencias más nefastas de Octavio Romero Oropeza, director del Infonavit-, se busca dar cabida legal al “cártel guinda del despojo”, con el pretexto de combatir la gentrificación en la Ciudad de México.

Una Poco Clara iniciativa para poner límite a los costos de los alquileres, así como la creación de un Plan Maestro para combatir esta problemática, en realidad es la versión región 4T del decreto de rentas congeladas que termina por inhibir la inversión, fortalece a grupos delincuenciales y de cuello blanco y es el primer esbozo de ponerle candados a la propiedad privada.

La estrategia contra la gentrificación de la administración de Clara Brugada, la cual fue bautizada como Bando 1 para una Ciudad Habitable y Asequible con Identidad y Arraigo Local, “busca dar cumplimiento a los principios establecidos en la Constitución de la Ciudad de México, una legislación de carácter progresista que reconoce de manera explícita el derecho a la vivienda digna y al derecho a la ciudad”.

Por eso entre sus medidas Poco Claras, ocurrencias utópicas, se mencionan: que podrás rentar un depa con el 30% de tu salario en CDMX; que las rentas habitacionales en la Ciudad de México no pueden tener un aumento mayor a la inflación.

Además, se establecerá el Índice de Precios de Alquiler Razonable y Zonas de Tensión Inmobiliaria, a fin de frenar los desplazamientos involuntarios, especialmente en estas zonas.

Se dará pasa a la Defensoría de Derechos Inquilinarios, un nuevo organismo público que dará apoyo legal, mediación y defensa para sancionar abusos o desalojos ilegales y promover nuevas relaciones entre arrendatarios y arrendadores.

Ley de Rentas Justas, Razonables y Asequibles: se impulsará una nueva ley para regular los precios de alquiler de vivienda, equilibrar derechos y obligaciones entre arrendatarios y arrendadores; y regular plataformas de arrendamiento temporales.

Se priorizará la construcción de vivienda pública en zonas céntricas y de alta presión inmobiliaria, a partir de un modelo sostenible que contemple la redensificación equilibrada.

Estas y otras puntadas que dan forma al “Plan Maestro contra la gentrificación” son, en el mejor de los casos, ingenuas. En el peor, es una estrategia populista que busca capital político a costa de la estabilidad urbana. No hay claridad en los mecanismos, no hay garantías para los propietarios, y no hay visión de largo plazo.

Discurso vacuo, que en realidad trata de esconder intereses inconfesables de muchos de sus correligionarios, que andan en busca de extender sus tentáculos inmobiliarios a nuevas alcaldías. Se trata de una narrativa que, si no se detiene, puede llevarnos de vuelta a los días oscuros de edificios abandonados, barrios deteriorados y mercados paralizados.

La vivienda accesible no se construye con decretos ni con ocurrencias. Se construye con políticas serias, inversión responsable y respeto por la ley. Todo lo demás es humo. Y del humo, como sabemos, no se hacen hogares.

Lo más preocupante de esta iniciativa es su carácter autoritario. Bajo el pretexto de proteger al inquilino, se empieza a dibujar un escenario donde el Estado puede intervenir en la propiedad privada sin límites claros. Es el primer esbozo de una política que pone candados a la libertad de disponer de lo propio.

Porque si hoy se justifica entregar viviendas a invasores, mañana se puede justificar expropiar terrenos “subutilizados”, o imponer cuotas de alquiler obligatorias. Y así, poco a poco, se erosiona el derecho a la propiedad, uno de los pilares fundamentales de cualquier sociedad libre.

La redacción del Bando de la jefa de Gobierno constituye un sueño guajiro, una utopía más, Poco Clara y escasamente imaginativa, pues lo que pretende es revivir ese cadáver político -la renta congelada- con un nuevo disfraz: un “Plan Maestro” para combatir la gentrificación. Y lo peor: detrás de esta iniciativa se esconde una amenaza aún más grave para la propiedad privada.

He dicho.

EFECTO DOMINÓ

¿Serán más los beneficiarios o los desahuciados el próximo domingo, durante el Congreso Nacional de Morena? Los asistentes ¿son los 300 que se mencionan en listas y que busca el gobierno de Estados Unidos?

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