EDUARDO MERAZ
A manera de paráfrasis: “lo que natura no da, ni Morena presta”, como acaba de dejar constancia la bastonera del partido guinda, Claudia Sheinbaum, al afirmar: “no es cierto, es falso de que si no se trabaja, no se puede tener un buen nivel de vida”.
Apotegma adelantado del segundo piso de la 4T, que desmiente las cifras oficiales sobre la pobreza en México, donde más del 50 por ciento de la población vive en condiciones de vulnerabilidad, y alrededor de nueve millones de compatriotas viven en condiciones de pobreza extrema.
Estos otros datos del oficialismo, sin embargo, son distintos a los arrojados por un estudio del Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY), el cual pone de manifiesto que, en nuestro país, 7 de cada 10 mexicanos que nacen en la pobreza mueren en las mismas condiciones, por la falta de movilidad social.
Si de acuerdo con las cuentas alegres del habitante temporal de Palacio Nacional, alrededor de 70 millones de los nacidos en territorio nacional reciben, al menos, uno de los programas sociales -25 millones de familias-, México debería de ser la Dinamarca de América Latina, casi el paraíso.
Desafortunadamente la realidad no es esa; al contrario, el 70 por ciento de la población -señala el CEEY- “tiene estancadas las esperanzas y sueños… por ascender en la escala social económica en el país, sobre todo de aquella población de escasos recursos”.
En sentido estricto, las marcadas desigualdades existentes en nuestro país, ya no deberían ser tantas, pues de acuerdo con la tesis de la candidata presidencial de Morena, basta y sobra que el gobierno entregue dinero a la gente para acceder a mejores niveles de vida.
Y Claudia Sheinbaum es claro ejemplo de los beneficios de este modelo, pues ella y prácticamente toda su familia se han beneficiado de becas otorgadas por los distintos gobiernos -neoliberales y transformadores-, hasta permitirles tener ahorros en paraísos fiscales.
Y al igual que el mandatario palaciego, ha decidido ceder sus propiedades a sus hijos, para poder exclamar con orgullo mal disimulado que vive en un departamento rentado.
El pecado original de los mexicanos es ser un pueblo trabajador, pero eso de nada le ha servido para impedir que en este sexenio el gasto en salud, representa el 3% del PIB, cuando lo recomendable es 6%; o que el gasto por estudiante se haya reducido en los últimos años, variables clave para la movilidad social en el país.
El Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY) revela que en la actualidad el 74% de los Mexicanos que nacen en la pobreza mueren en las mismas condiciones, sin esperanzas de lograr ascender en la escala económica.
En otras palabras, la mayoría de los mexicanos somos pobres por weyes, al preferir ser trabajadores y no vividores de la asistencia social que nos permitiría tener un buen nivel de vida, en palabras de Sheinbaum Pardo.
He dicho.
EFECTO DOMINÓ
Todo parece indicar que Arturo Zaldívar se le adelantará al presidente palaciego. Su “road show” mediático, semeja más una despedida que una verdadera defensa de su actuar en su paso por la Suprema Corte.
@Edumermo