EDUARDO MERAZ. Sin la estridencia de su antecesor y sin dobleces, el presidente Joe Biden ya le encargó a México ponerse trucha en eso de la migración y refuerce los muros humanos en los ríos Suchiate y Bravo, para contener los flujos de migrantes centroamericanos y también de mexicanos cuyo destino final es Estados Unidos.
Y más pronto que rápido, el canciller Marcelo Ebrard y el mismísimo presidente sin nombre y sin gracia ya anunciaron la prohibición a la libertad de tránsito por el territorio nacional. Acción que deberán explicar a los mandatarios centroamericanos y caribeños durante la gira por esa región del mandatario mexicano.
También habrá de conversar con sus homólogos de Venezuela, Nicaragua y Cuba para explicarle que de nada sirvieron sus buenos oficios para lograr fueran invitados a la Cumbre de las Américas, pero que el dueño del balón no quiso incluirlos, ni siquiera en una versión más actualizada del “comes y te vas”, aplicado por Vicente Fox a Fidel Castro, hace algunos ayeres.
Lo más revelador del encargo del presidente estadounidense al mandatario sin gracias, son sus intentonas por convencernos de que lograron convencer a la administración Biden de las bondades de financiar el desarrollo en la parte norteña de Centroamérica, de donde provienen principalmente las caravanas migratorias, cuando en realidad son imposiciones.
Por tanto, no debe extrañarnos el casi inmediato despliegue de miles y miles de elementos de la Guardia Nacional en las fronteras sur y norte de México y en las rutas por donde transitan. Tampoco debe extrañarnos un aumento sustantivo en el “rescate” de migrantes provenientes de Honduras, El Salvador, Nicaragua, Haití y Cuba.
Y en sus afanes de “quedabien”, el gobierno cuatroteísta acaba de aceptar recibir a cubanos y nicaragüenses expulsados por Estados Unidos, con lo cual se reafirma la vigencia del esquema “Quédate en México”, siempre negado por las autoridades mexicanas.
Así, poco a poco salen a relucir los “amistosos acuerdos” entre México y Estados Unidos, resultado de la reciente conversación entre sus mandatarios que, de acuerdo con la vocera de la Casa Blanca, Jen Psaki, fue “constructiva”, “cordial” y “no amenazante”.
Lo más seguro de los muy frecuentes encuentros entre representantes de ambos gobiernos, también conllevan concesiones a México, como puede ser la ampliación de plazos para cumplir con los requisitos suscritos en el T-MEC, sobre todo en materia laboral y ambiental, campos en los cuales México enfrenta serios obstáculos para cubrir los compromisos adquiridos.
El paquetazo migratorio que tiene frente a sí el gobierno del presidente sin nombre, podría convertirse en un sonado triunfo, con todo y apapacho de Joe Biden, si logra llevarlo a buen término. De lo contrario, una severa derrota, implicaría nuevas pérdidas en el nivel de vida de los mexicanos.
He dicho.
EFECTO DOMINÓ
Bajo el precepto de “justicia retributiva”, el Centro de Ingeniería y Desarrollo Industrial del Conacyt, extendió a Florencia Serranía -ex directora del Metro- su nombramiento como integrante del Comité Externo de Evaluación de esa institución. La alcahuetería es bien recompensada, sin importar las víctimas de la Línea 12 del Metro.
@Edumermo