PULSO/ Mujer y trabajo en la CDMX

EDUARDO MERAZ. Mientras Claudia Sheinbaum presume poder caminar con tranquilidad por el centro histórico de la Ciudad de México, miles de mujeres capitalinas deambulan por las calles en búsqueda de un empleado remunerador. El mundo de fantasía de una, en otras es angustia; dos mundos opuestos.

Mientras la jefa de gobierno de la CDMX acude presurosa y emperifollada a festinar el Día Internacional de la Mujer y a aplaudir al huésped temporal del Palacio del Bienestar, afuera, tras las vallas y muros metálicos con los que se quiere marcar la diferencia, están las centenas de mujeres en pie de lucha por mejores condiciones y a las que la corcholata preferida niega sororidad.

Sus acciones gubernativas, están lejos de mitigar la pobreza en la capital del país. Poco consuelo representan los casi 20,300 nuevos empleos creados en febrero de este año -incluidos hombres y mujeres- no alcanzan los niveles de 2020 y 2019, cuando la base de datos del IMSS registró cerca de 3.4 millones de puestos laborales.

De acuerdo con la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) local faltan recuperar 125 mil empleos formales y de ese total 38 mil serían para mujeres.

Eso sin mencionar que las nuevas fuentes de trabajo creadas, en muchos casos son con salarios inferiores, en especial cuando se trata de mano de obra femenina.

Además, el documento empresarial, hace notar que, a casi dos años del inicio de la contingencia sanitaria, las mujeres han registrado un impacto desfavorable en su vida económica y laboral.

La Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, indicó la cúpula empresarial, reveló que, si se comparan los datos de diciembre del 2019 con diciembre del 2021, la población de mujeres en edad de trabajar aumentó en 61 mil personas, mientras que las económicamente activas solo aumentaron en 9 mil puestos.

Esta feminización de la pobreza y la violencia cotidiana de que son objeto las mujeres en la Ciudad de México y en todo el país, ante la indiferencia de una clase gobernante que se dice de izquierda y humanista, son las principales causas del encontronazo entre el cuatroteísmo y los movimientos feministas.

Como hasta el momento los gobiernos federal y de la Ciudad de México llevan perdida la batalla para reducir la violencia familiar, de género y los feminicidios, eso explica la furibunda reacción presidencial y de la jefa de gobierno de la CDMX.

A toda costa tratan de desacreditar y descalificar las manifestaciones de protesta. Claro, desde la comodidad interior de Palacio Nacional y rodeados de mujeres a las que la cuarta transformación les está haciendo justicia.

Ahí, en ese escenario perfectamente resguardado por las fuerzas del orden locales y de la Marina, que por ser pueblo uniformado, entiende que es el pueblo quien lo cuida, el presidente sin nombre y sin estatua, asegura que se tiene que autolimitar en sus expresiones para condenar los movimientos que no están bajo su control y los califica de politiquería.

La independencia feminista del cuatroteísmo le causa escozor, aunque está obligado a proteger y garantizar espacios de participación, claro, siempre y cuando no haya violencia, la cual condena, pero no la que sufren las mujeres.

Y como no queriendo la cosa, habla del matriarcado que vivió en su infancia. Tal vez eso explique -como él dice-, lo que es.

He dicho.

EFECTO DOMINÓ

Los embargos de petróleo y de granos básicos que se avecinan, por la invasión de Rusia a Ucrania, provocarán una tendencia alcista en sus precios, lo cual ejercerá una presión adicional en las finanzas públicas de México, pues en ninguno de esos rubros nuestro país es autosuficiente.

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@Edumermo

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