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EDUARDO MERAZ
No es únicamente el incremento en alrededor de 6 billones de pesos de deuda pública o el inicio de los foros sobre la reforma al Poder Judicial por lo cual los mexicanos estamos endrogados. México es uno de los principales productores mundiales de drogas sintéticas y cada vez son más las personas consumidoras de las mismas.
De acuerdo con datos oficiales de la Comisión Nacional de Salud Mental y Adicciones (Conasama), entre 2013 y 2023, en nuestro país se ha incrementado en más de 416% el consumo de metanfetaminas, además de registrarse como una droga de uso inicial.
Asimismo, el reciente Informe Mundial sobre las Drogas 2024, publicado por la Oficina de Naciones Unidas contra las Droga y el Delito de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), identificó que México se encuentra entre los principales productores de drogas sintéticas a nivel internacional.
Ambos estudios son un mentís categórico a las declaraciones del presidente totalmente Palacio Nacional, cuyos otros datos sólo han servido de aliciente a los cárteles mexicanos para expandir sus actividades criminales no sólo en territorio nacional, sino a escala internacional.
México —junto con Afganistán, Myanmar y Siria— concentra la fabricación mundial a gran escala de drogas sintéticas. Si bien, este tipo de sustancias pueden producirse en cualquier lugar del mundo, de renta baja, media o alta, estos países representan un terreno fértil para la concentración de dichas actividades “debido en parte a los problemas de gobernanza e inestabilidad” que imperan en sus territorios, según ha concluido el Informe Mundial sobre las Drogas presentado por las Naciones Unidas.
También revela que México se ha convertido en el mayor productor de narcóticos como metanfetamina y fentanilo en lo que respecta al continente americano. Otras investigaciones, atribuyen este fenómeno a las actividades realizadas por los cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación (CJNG).
El documento de la ONU hace notar el aumento significativo en el número de personas en tratamiento por trastorno por consumo de metanfetamina en América del Norte durante la última década, en particular en México. Nuestro país, igualmente se distingue a nivel global por el tráfico de cocaína, así como también por la producción de metanfetamina y opioides.
De una u otra manera, durante el gobierno cuatroteísta se ha visto una expansión en la producción y consumo de estupefacientes en nuestro país. Mientras los usuarios de una o más drogas en el mundo registró un aumento de 20 por ciento, a partir de 2014, en México, como señala Conasama, fue del orden de más de 400 por ciento entre 2013 y 2023, en el caso de las metanfetaminas.
El organismo llama la atención que, al menos 7 por ciento de las personas que llegaron a tratamiento, experimentó directamente con las metanfetaminas, lo que habla también de la presencia de esta sustancia a edades muy tempranas, incrementando los riesgos asociados a este tipo de drogas.
En al menos 25 estados, observó, las metanfetaminas es la droga por la que más se demanda tratamiento; en siete entidades, la principal sustancia es el alcohol; y en Baja California y Sonora, son los opioides.
Por supuesto, en esta radiografía no se hace mención a los efectos de la deficiente -por omisión o convicción- política de combate al narcotráfico del gobierno encabezado por el saliente habitante temporal del palacete virreinal, quien se muestra satisfecho con el “opiáceo verbal” que nos receta todos los días desde su teatro en atril mañanero.
He dicho.
EFECTO DOMINÓ
El “amigou” del mandatario palaciego y candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump, al referirse a la frontera con México, la consideró como “el lugar más peligroso del mundo”.
En Morena, se extravió o se perdió el bastón de mando. Al menos eso dejan ver las revueltas entre morenistas o cuatroteístas por cargos y encargos. Ni el saliente ni la entrante y muchos menos el supuesto dirigente nacional ha podido encauzar las inconformidades.
@Edumermo
