PULSO/ Machucones y machuchones

EDUARDO MERAZ

Con un pie en el estribo de salida, el presidente totalmente Palacio Nacional se olvidó del pueblo bueno y sabio y hubo de pedir auxilio a los machuchones -a los cuales posibilitó duplicar sus fortunas-, a fin de obtener la sobrerrepresentación en el Congreso y, con ello, llevar a sus anhelos de dejar un poder judicial subordinado, como ya lo hizo con el legislativo.

En otras palabras, se le acabó la fuerza de la mano izquierda y ahora pide a la derecha entre al quite, olvidando su máxima de separación entre los poderes económico y político. Pedirle frías a la minoría rapaz, supuestamente amañada con el poder judicial, es síntoma claro del final inesperado que le depara su sexenio.

Así, el ejecutivo sin nombre, en sus días postreros, reconoce tácitamente el desgaste de su palabra, al sostener: “Los cinco más ricos de Mexico, de acuerdo con la revista Forbes, lo que queremos es que ellos, que son escuchados y respetados, y queremos que ayuden a que vivamos en un país con un auténtico Estado de derecho y que hagan el compromiso de desterrar la corrupción y la impunidad y que ellos nos den su opinión”.

Es decir, una vez más evade su responsabilidad. Y si antes argüía que era decisión del pueblo, ahora busca que sus actos cuenten con el respaldo de integrantes de la minoría rapaz, sin importarle generar un conflicto entre los hombres de negocio del país.

Propone a los multimillonarios corrijan la plana a la casi totalidad de los organismos empresariales, los cuales se han pronunciado en contra de otorgar un mayor número de curules a la coalición gobernante, en demérito de la alianza opositora y de los términos de la reforma al poder judicial.

El llamado del sindicato patronal (Coparmex), Consejo Coordinador Empresarial (CCE), el Consejo Mexicano de Negocios (CMN) y las confederaciones de industriales (Concamin) y comerciantes (Concanaco) a respetar los porcentajes obtenidos en las urnas -55% contra 45%- revelan su desacuerdo con los “moditos” presidenciales.

Esta especie de rebelión de privados no es del agrado del saliente mandatario palaciego quien, en contrasentido a todo lo realizado con su mandato, hoy se declara ferviente defensor de la ley es la ley, a la cual ya no considera un cuento.

En su teatro en atril mañanero de este martes se le nota frustración, enojo y desazón, no solo por la posibilidad de no alcanzar la mayoría calificada en el poder legislativo, sino por las implicaciones de ello, de no poder sacar adelante su reforma judicial, de salir indemne por la detención de Ismael Zambada y Joaquín Guzmán López, así como por las denuncias de corrupción de cercanos y familiares.

Por cómo se presenta el panorama, se ve difícil que una nueva cena, con tamales de chipilín, alcancen al habitante temporal del palacete virreinal para lograr el consenso entre los convocados a defender su postura. De inicio, ya recibió el machucón de Ricardo Salinas Pliego, quien le pide seriedad en declaraciones y actos.

La posibilidad de ser juzgado por la historia de manera diferente a como esperaba ha llevado al mandatario palaciego a solicitar el apoyo de los ricos, al mismo tiempo que los acusa de mucha prepotencia, pues se sienten dueños de México y quieren tener a sus pies a jueces, a magistrados y a ministros.

Este comportamiento poco equilibrado, guarda cierto paralelismo con el fin de sexenio de otro presidente López -José López Portillo-, cuyos excesos y ocurrencias se tradujeron en freno al desarrollo de México.

He dicho.

EFECTO DOMINÓ

Durante el primer semestre de 2024, La Secretaría de Hacienda reportó que el déficit presupuestario fue de 744 mil 201 millones de pesos, el más elevado para un mismo periodo en los últimos 34 años, y representó 2.9 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB). Y la economía se sigue desacelerando.

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@Edumermo

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