PULSO/ Las listas y los no listos

EDUARDO MERAZ. Queriéndose pasar de listos, ahora todo mundo anuncia -amenaza- dar a conocer listas de personas con las cuales no se lleva bien o son críticos de sus puntos de vista y acciones, como si con eso pudieran limpiar sus historias, pecados o yerros; una forma de expiación de culpas y lograr la conmiseración de los demás.

Es tal la inclinación por este nuevo modito de andar por la escena política que hasta el mismísimo presidente sin nombre, sin gracia y sin lucidez anunció la versión escrita de su “playlist” de opositores, que él calcula deben ser entre 20 y 25 millones de mexicanos.

Desde el arranque de su gobierno y hasta la fecha, ha mencionado a alrededor de tres decenas de personajes y agrupaciones que conforman el “soundtrack de su mandato”, los malquerientes del cuatroteísmo a los cuales menciona con bastante frecuencia como si con ello pudiera exorcizar sus propios demonios.

Durante los primeros meses de su gestión, sus favoritos, en términos genéricos, eran “la minoría rapaz” y “la mafia del poder”; después fueron “los golpistas”, “la clase media”, “los universitarios”; ahora son “los conservadores” y “los traidores a la patria”.

Como es obvio suponer, es en el escenario de sus grandes éxitos, el Salón Tesorería del Palacio Nacional -el teatro en atril mañanero- desde donde divulga unos cuantos nombres de periodistas, intelectuales, medios de comunicación y ex presidentes que han marcado su vida.

Hacer y difundir listas de quienes no comparten la visión del mundo del mandatario sin nombre es propio de regímenes fascistas -como bien acota la chica de rojo, Claudia Sheinbaum, cuando se trata de los playlists de la oposición-, por lo cual es poco probable se atreva a publicar un directorio completo de adversarios.

Por ejemplo, los legisladores y la dirigencia del partido en el poder, a lo más que llegaron fue a enlistar a poco más de 200 diputados de oposición que se negaron a aprobar la reforma eléctrica promovida por el inquilino temporal del franciscano Palacio Nacional.

Si llega a mencionar un centenar de personajes y agrupaciones serán muchos, porque publicar los nombres de, al menos, 20 millones de mexicanos es una tarea no sólo imposible  y cara, sino manifestación de una mente no lista -apta- para dimensionar tiempo, dinero y esfuerzo para ver cumplido uno más de sus caprichos.

Pero en una de esas nos sorprende, pues ya ha demostrado con sus obras emblemáticas -aeropuerto de Santa Lucía, refinería Dos Bocas y Tren Maya- el poco aprecio que siente hacia esos tres factores y lo mal presupuestador que es, aunque poco le importa pues los recursos no son de él sino de quienes pagamos impuestos.

En todo caso, nos conformamos si diera a conocer las “playlist” de los alrededor de 600 mil muertos por Cvid-19, los 128 mil muertos por homicidio doloso y los más de 31 mil desaparecidos; o de perdis los más de medio millón de mexicanos que han abandonado el país durante su mandato.

O mejor le hacemos una rebaja y le facilitamos la tarea, siempre y cuando se ponga listo: en lugar de hacer la lista de 25 millones que no lo quieren, nos brinde los nombres de todos y cada uno de los beneficiarios de sus programas sociales.

Elaborar la lista completa de los opositores al cuatroteísmo y no sólo los de redes sociales  es tan inconcebible como los 2,500 ciudadanos que Morena afilió, cada minuto, durante el sábado y domingo pasados.

Y a menos que se trate de matemáticas cuánticas, las cifras de afiliación alcanzadas por el partido en el poder revelan cómo el morenismo-macartismo no es muy ducho, ni siquiera para hacer trapacerías, por más que se quiera pasar de listo con las listas.

He dicho.

EFECTO DOMINÓ

Mientras internamente, desde hace cuatro años fustiga, agrede y descalifica a sus opositores y evita el diálogo con la oposición, el presidente sin lucidez pide, ante las tensiones entre Estados Unidos y China, se establezca una tregua de cinco años.

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@Edumermo

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