PULSO/ La manchada in-vestidura

EDUARDO MERAZ

Si fuese por resultados, los diputados y senadores de todos los colores, en vez de buscar la reelección, deberían, disculparse, pedir perdón y, en no pocos casos, dedicarse a otro tipo de actividades, pues son los servidores mejor pagados y con un bajísimo rendimiento.

Esto es más claro y evidente en el caso de los legisladores del oficialismo, los cuales dieron muestras claras e innegables de haberse convertido en oficialía de partes del poder ejecutivo. Aprobar leyes a la carrera, sin el debido proceso legislativo y sin modificarle una coma a las iniciativas presidenciales, confirma tal aseveración.

Como en el caso de los Mier, dan pena ajena. Son coestelares del circo cuatroteísta; tanto el diputado como el senador, de pasado tricolor y presente guinda, hicieron hasta lo imposible para congraciarse con el presidente totalmente Palacio Nacional y, como buenos pastores, condujeron a sus correligionarios a violentar el orden jurídico.

Poco les importó el espectáculo ofrecido dentro y fuera del Palacio de San Lázaro y del Senado de la República. Con tal de complacer al mandatario sin nombre y sin palabra hicieron descender la discusión legislativa a dicharachos carperos; en vez de razonamientos, optaron por secundar las ofensas y diatribas palaciegas.

Y si eso hacían los pastores del rebaño morenista, pocas luces se podían esperar de curulecos y escañeros cuatroteístas, votando a favor de la creación del sector económico, verde olivo, de Morena, a través de la entrega de obras y empresas a las fuerzas armadas, a las cuales todos los mexicanos debemos subsidiar con nuestros impuestos.

Ni que decir de su complicidad en entregar el presupuesto público a los caprichos emanados de Palacio Nacional, con todo y manga ancha para que pueda mover el dinero público como mejor le parezca, en detrimento de los servicios públicos, cuyas condiciones son tan deplorables, como nunca se había visto.

Así, las instalaciones de salud, donde goteras y fallas de elevadores, falta de insumos y equipo y la carencia en medicamentos han costado la vida a miles de mexicanos. Lo mismo puede decirse del Metro, donde el verdadero sabotaje ha sido y es el desvío de recursos.

Pero eso sí, aprueban un endeudamiento, para el último año del presente gobierno, equivalente a más de dos veces el Fobaproa y que, a lo largo del sexenio, será el equivalente a seis veces lo que significó el rescate financiero que tanto condenan y estigmatizan.

Pero no sólo eso sino, aprovechando el fuero y las prebendas asignadas a su condición de legisladores, buscarán repetir como “representantes populares”, como si verdaderamente atendieran las necesidades y defendieran las causas de los distintos grupos sociales.

Y como el mal ejemplo cunde, diputados y senadores de los partidos de oposición recurren al mismo expediente de la reelección, no vaya a ser que, al perder el fuero, el largo brazo de la justicia los alcance por actos indebidos durante su paso por el Congreso.

Así, para la gran mayoría de los aspirantes a continuar en curules y escaños, poco les interesa emprender una carrera legislativa. Su verdadero interés es conservar la in-vestidura de legisladores, con todos los beneficios que ello conlleva, mientras el pueblo padece las consecuencias de decisiones que les son impuestas.

Ni duda cabe, en la gran mayoría de los casos, se necesita ser cara dura para volver a solicitar el voto.

He dicho.

EFECTO DOMINÓ

¿Hasta dónde llegará el compromiso de Palacio Nacional con Washington en el combate al tráfico de estupefacientes, en especial el fentanilo, sin que ello implique el rompimiento del pacto de “abrazos no balazos” y su impacto en los comicios de 2024?

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