PULSO/ La guerra y la paz

EDUARDO MERAZ

Con más de un centenar de asesinados o desaparecidos en promedio cada 24 horas durante el presente sexenio, el mandatario totalmente Palacio Nacional, perfectamente resguardado, se llena la boca al decir: no hay nada grave, todo está en calma y el pueblo feliz.

La indiferencia presidencial hacia este número de mexicano que día con día se extinguen, indica con claridad la verdadera dimensión del “humanismo mexicano”, el cual es modelo y ejemplo para las demás naciones del mundo, según pregona el cuatroteísmo a los cuatro vientos.

Humanismo basado en la permisividad a la delincuencia organizada no sólo para asesinar, sino para someter a la población con prácticas de extorsión, secuestro, cobro de piso, trata de personas, hasta volverlas actividades más rentables al tráfico de drogas.

Por ejemplo, de acuerdo con empresarios, la industria del robo al sector de transportes en las carreteras de México les representó pérdidas en 2023 por alrededor de 70 mil millones de pesos. En cambio, los “socios” de las autoridades en materia de huachicoleo de combustibles, gozan de la protección de la mismísima Guardia Nacional.

La inseguridad en autopistas y carreteras es sólo una pequeña muestra de la registrada en varias ciudades del país, pues México tiene el privilegio de colocar a nueve de las 10 ciudades más peligrosas del mundo, además de ser una de las naciones peor evaluadas en materia de criminalidad.

Tales indicadores, sin embargo, no conmueven al habitante temporal del palacete virreinal, cuyo mal gobierno se ha traducido en el más mortífero desde la Revolución Mexicana, con más de 180 mil asesinatos, otro de sus timbres de orgullo.

Estas condiciones de inseguridad y violencia cotidiana no son suficiente razón para el miedo que tienen amplios sectores de la población, sometidos a los designios de los grupos delincuenciales actúan como señores feudales: deciden sobre la vida y el destino de los habitantes de sus cotos de poder.

Dejar hacer y dejar pasar, es la esencia de la estrategia de “abrazos y no balazos” instrumentada y llevada hasta sus últimas consecuencias por el comandante supremo de las fuerzas armadas. Método eficaz para el crimen organizado, pues está próximo a reunir poder económico y poder político.

Tendencia creciente a partir de 2021, en los comicios llevados a cabo desde esa fecha, donde coincidentemente el partido en el poder logró el triunfo a nivel estatal y municipal en todas las entidades del Pacífico mexicano, sobresaliendo Guerrero, Michoacán, Colima y Sonora.

Para 2024, desde el inicio del proceso electoral, han perdido la vida 18 personas, entre candidatos, aspirantes o familiares de estos, como manifestación clara de la delincuencia por tener un papel determinante en la elección de las futuras autoridades, “haiga sido como haiga sido”.

Y como amor con amor se paga y favor con favor también, ante las revelaciones de esquemas de financiamiento del CO a campañas morenistas, incluida la presidencial, ahora el Cártel del Noreste hace público un pronunciamiento en defensa de la honorabilidad del titular del ejecutivo.

Estos y otros indicios de la creciente participación de los criminales para el mandatario palaciego no es nada grave. Al contrario, los temores de la sociedad son consecuencia de campañas publicitarias.

El presi, diario trata de negar la realidad violenta e insegura en la cual viven millones de mexicanos; los muertos y desaparecidos son un sacrificio que está dispuesto a aceptar para conservar el poder. Guerra contra el narco o paz ¿con el narco?, es la disyuntiva que plantea Claudia Sheinbaum.

He dicho.

EFECTO DOMINÓ

Si no hay nada grave, para quitarse cualquier sospecha de duda sobre el manejo pulcro de los recursos públicos destinados a los programas sociales, ¿aceptaría el presidente una auditoría externa y exhaustiva a los mismos? El miedo no anda en burro, dice el refrán popular.

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@Edumermo

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