EDUARDO MERAZ. Después de años de sembrar tormentas, el ahora presidente sin nombre y sin gracia, empieza a cosechar tempestades, no sólo de sus malquerientes, sino fundamentalmente de parte de colaboradores y simpatizantes, interesados en ocupar su lugar.
Predicador y propagador de odios y enconos, de generar división entre los mexicanos, ve cómo la merma paulatina de su poder se traduce en un mayor número de actos fallidos en la gobernanza y los subalternos comienzan a hacer suya la arrogancia de sentirse independientes.
El menosprecio presidencial por la legalidad y el Estado de derecho, ha dado paso al desapego del oficialismo por la justicia que, a cada momento es (a)pelada, no por razones jurídicas, sino por caprichos personales, ante la complacencia del habitante de Palacio Nacional.
La disputa entre el fiscal General de la República, Alejandro Gertz Manero, y el ex consejero jurídico de la Presidencia, Julio Scherer, es ejemplo del más burdo de los intentos por acomodar la ley para alcanzar beneficios individuales y saca a relucir la profunda degradación del aparato de justicia mexicano, que se encuentra entre los peor calificados a nivel internacional.
También en los días recientes, hemos sido testigos de cómo los colaboradores del presidente sin gracia, toman ya decisiones sin consultarlo. Así sucedió con los “decretos” para forzar mayor actividad aeronáutica en la terminal de Santa Lucía, o con la norma para la verificación extendida de automóviles.
Y esos son apenas algunos botones de muestra salidos a la luz pública, la punta del iceberg, de la actuación de autoridades que estarían tomando previsiones en caso de un futuro poco o nada halagüeño.
Aún le restan dos años y medio de gestión al presidente sin nombre y los “detentes” y “jalones de orejas” resultan irrelevantes para contener los destapados apetitos cuatroteístas, ante la menguante fuerza política de su líderes, el real y el de escenografía.
Con un proceso sucesión prematura y el milagro de la multiplicación de “corcholatas” en el cuatroteísmo, la lucha intestina amenaza volverse cruenta y no da respiro a la mesura, amenazando con desbordar las pasiones y las divisiones entre los aspirantes y sus huestes, como ya empieza a notarse.
En vez de cumplir con los encargos encomendados, los “no tapados” están utilizando los cargos para su promoción personal. Poco les importan los alrededor de 900 mil mexicanos que nos hacen falta; muertos unos por la violencia, 120 mil; 625 mil fallecidos como consecuencia de la pandemia y otros 100 mil desaparecidos; total, al fin y al cabo las cruces y las tumbas se las achacarán al mandatario sin gracia.
Además, debe tenerse en consideración el papel protagónico que, sin duda, tendrá el llamado “quinto elemento”, el crimen organizado, en los procesos judiciales y electorales de aquí a los comicios presidenciales de 2024, como ya lo hizo el año pasado, sin necesidad de recurrir al infantil método de los “huevazos”.
He dicho.
EFECTO DOMINÓ
Totalmente “injerencista” la inversión, vía la USAID, por 200 millones de dólares que el gobierno de Estados Unidos hará en el sureste de México para impulsar mercados amigables con el medio ambiente.
@Edumermo