PULSO/ Golpes de pecho

EDUARDO MERAZ. Para remediar las calamidades que padecemos los mexicanos en economía, salud, inseguridad, violencia, los golpes de pecho del gobierno transformador resultan insuficientes y vacuos.

Los primeros días de 2022 dan cuenta precisa de la calamitosa gestión actual, cuyas ocurrencias y caprichos emanados del ocupante de Palacio Nacional han dado forma a la administración Frankestein que padecemos los mexicanos y, al parecer, se ha vuelto incontrolable.

Alta inflación, economía por los suelos, periodistas asesinados, pleitos en el partido gobernante, sospechas de corrupción en los allegados al presidente sin nombre y sin estatua, sobrecostos en la obra pública, baja inversión privada, salida de capitales, falta de medicamentos, el ejército en el Congreso y descolones diplomáticos son la verdadera cara del México de hoy.

Rostro maltrecho que al morenismo tiene sin cuidado, pues su principal interés radica en complacer los deseos del virrey que, hasta el momento, lucha con denuedo para demostrar fortaleza física, moral y política, aunque son mayores las probabilidades de terminar ponchado, en vez de “macanear”.

A la fecha, no puede concretar, después de dos años, un tercer paquete de inversión en infraestructura; tampoco ha podido poner en marcha el sistema de salud tipo nórdico; mucho menos demostrar y enjuiciar a los corruptos del pasado y el coronavirus sigue haciendo de las suyas y no ha sido domado.

La “mafia de la ineficiencia” ha logrado cercar al mandatario innombrable; envallado en el cual, sin embargo, se mueve a sus anchas pues de esa manera cree evadir responsabilidades y culpabilidad por las 750 mil tumbas que se acumulan en su haber.

Inconforme con estos logros, se ha propuesto alcanzar nuevas metas. Al parecer la más relevante, porque le garantizaría un vida digna, más allá de la media pensión que le correspondería por ser empleado público, es la desterrar la corrupción, siempre y cuando ocurra fuera del círculo cuatroteísta.

De ahí el énfasis por extinguir los sistemas de transparencia y anticorrupción, pues reconoce el carácter limitado de su acuerdo para que la mayoría de las obras públicas sean consideradas como de seguridad nacional, lo que le asegura opacidad casi total en el manejo de recursos públicos.

Otro renglón pendiente, es la anulación del sistema electoral vigente, a cuyo amparo llegó a la primera magistratura. Ante la falta de resultados contantes y sonantes, la fórmula para garantizar a su movimiento larga permanencia en el poder, quiere asegurarse contar con autoridades electorales a modo.

Además ya está preparando el asalto al sector eléctrico, bajo el sofisma de Manuel Bartlett de que si no se aprueba la iniciativa del presidente sin nombre tal cual, cinco o seis empresas privadas establecerán una “dictadura eléctrica” en el país, que implicaría la desaparición de la Comisión Federal de Electricidad.

Las dictaduras de cualquier naturaleza pertenecen a un ente, por lo cual su aseveración es falsa aunque llamativa. En el ámbito económico, el predominio de dos empresas o más se llama oligopolio; y si es solo una empresa, es monopolio.

La victimización a la cual es tan afecto el cuatroteísmo, en realidad son golpes de pecho y, en silencio repetir: “mea culpa, mea culpa”, por tantas calamidades.

He dicho.

EFECTO DOMINÓ

El gobierno del presidente sin nombre anunció que financiará programas sociales en Cuba para fortalecer el desarrollo social y las capacidades económicas, sociales y ambientales de diferentes comunidades rurales de ese país. Farol de la calle, oscuridad de su casa.

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