PULSO/ De sicarios y compinches

EDUARDO MERAZ. Entre el temor y el odio, el cuatroteísmo vaga y divaga sobre las causas de su tropiezo con periodistas y medios de comunicación y, erróneamente, recurre a ofensas, amenazas y descalificaciones, entre otras linduras, para ocultar la cadena de fracasos y deshonestidad en la que se ahoga.

La palabra mañanera serpentea y viborea entre mentiras y otros datos, buscando compinches y sicarios que se encarguen del trabajo sucio de ajustar cuentas con la realidad y con quienes ponen en duda la veracidad de los dichos presidenciales.

Iniciador de las hostilidades contra la prensa, el huésped temporal del “Palacio del Bienestar”, se dice calumniado cuando salen a relucir sus trapacerías –a las cuales llama transformación-, que van desde las promesas incumplidas, quebrantamiento de leyes hasta “aportaciones al movimiento”, tráfico de influencias, amiguismo, conflictos de interés, más lo que se acumule.

Todas estas manifestaciones de corrupción se han traducido en el aumento millonario de pobres, no sólo por políticas erráticas, sino por sus afanes de apropiación de la riqueza de la gente, al obligarla a pagar más por bienes y servicios que, se supone, debería garantizar.

Dinero que está beneficiando a cierto grupo de empresarios y no pocos funcionarios asociados. Esta sinergia cuatroteísta empieza a salir a la luz pública y de ahí la belicosidad del presidente sin nombre y sin estatua, que es magnificada por sus compinches.

Ejemplo claro de este comportamiento, propio de las mafias, lo representa el dirigente de Morena, Mario Delgado, quien con tal de agradarle al primer morenista del país, asume con beneplácito su papel de gatillero verbal

Así, para justificar el derrumbe del gobierno, narra un cuento fantástico: “cuando hay gobernantes honestos, el gobierno, el Estado genera valor, beneficio para todas y para todos. Ya no es una camarilla buscando beneficios para unos cuantos”.

Y por eso el comandante Delgado Carrillo hace un llamado a las huestes morenistas para acabar con la “campaña de mentiras, esa guerra sucia, despiadada, esas complicidades con algunas empresas trasnacionales, corruptas, que salen a la luz esos sicarios del periodismo, que están defendiendo intereses, no la libertad de expresión”.

Y siguiendo sus pasos, legisladores de Morena han dejado de llamar adversarios, conservadores u opositores, a quienes no comulgan con ellos, para denominarlos enemigos. A los primeros, los soportaban; a los últimos quisieran, en un acto de prestidigitación, esfumarlos.

Olvidan, sin embargo, que traspasando las vallas que rodean la untuosa austeridad franciscana del palacete en donde duerme sin sobresaltos el mandatario innombrable, cerca de cuatro millones más de pobres en tres años, niños con cáncer y sin medicamentos, más de 110 mil homicidios dolosos y los escándalos de corrupción de su camarilla desmienten tales aseveraciones.

Estas manifestaciones de intolerancia son porque ya sienten perdida la batalla en las benditas redes sociales y en los medios de comunicación convencionales y el innombrable mandatario ha decidido apostar su resto.

Las cartas mostradas hasta ahora por el mandatario innombrable, no son un buen augurio para que el cuatroteísmo gane la partida, pero siempre existe la posibilidad de un “agandallamiento” al estilo Jalisco.

He dicho.

EFECTO DOMINO

Más de 2,700 millones de “irregularidades” en el manejo del presupuesto del sector salud en 2020, explican lo calamitoso de la estrategia adoptada, sin dejar de lado posibles corruptelas. Son datos oficiales, no campaña de mentiras.

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@Edumermo

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