PULSO/ Chocolate espeso y elecciones

EDUARDO MERAZ. Justo cuando se da a conocer un sobregiro de más de 90 por ciento en los costos de la construcción del Tren Maya, se informa que dicha obra fue declarada de “seguridad nacional”, con lo cual no sólo deja sin efecto la suspensión para el tramo 5 de la misma, sino también la rendición de cuentas, tal y como le gusta al presidente sin nombre, sin gracia y sin lucidez.

De acuerdo con Javier May, director general del Fondo Nacional de Turismo (Fonatur) esta determinación se enmarca dentro del “acuerdazo” presidencial de noviembre pasado y fue tomado en sesión del Consejo de Seguridad Nacional  -sin precisar fecha-, impulsado por las secretarías de Seguridad Pública y de Gobernación.

Esta decisión también coincide con recientes disposiciones de la Secretaría de la Función Pública y de la propia Auditoría Fiscal de la Federación, para limitar la información a la cual pueden acceder los ciudadanos, con lo cual se constriñe la transparencia, la rendición de cuentas y el gobierno abierto.

El acuerdazo, según el mandatario sin nombre, tenía como finalidad  agilizar trámites, y que por los requisitos burocráticos no detuvieran las obras, otorgando confianza a las instituciones y a las empresas que están trabajando en el Tren Maya.

Y como al inquilino temporal del franciscano Palacio Nacional le desagrada le retrasen sus caprichos, por nimios que sean, poco le interesa cubrir las disposiciones legales que, en cambio, se vuelven exigibles para empresarios, en especial los no cercanos a sus afectos.

Así, se puede hablar de abundancia en la dotación de “chocolate espeso” -totalmente opaco- del costo de las obras insignia del cuatroteísmo. Las inauguraciones de etapas del aeropuerto de Santa Lucía y de la refinería de Dos Bocas, tienen un sobregiro rondando los 10 mil millones de dólares.

Según las cuentas alegres del presidente sin gracia, los ahorros obtenidos por la cancelación del aeropuerto de Texcoco, alcanzarían para financiar en su totalidad el tren Maya; pero al paso que va, saldrá más caro el caldo que las albóndigas.

Si se suman los sobregiros de estas tres obras, supera con creces la malversación de recursos públicos de la llamada “estafa maestra”, prácticamente el doble; recursos que, sin duda, al pasar por las manos del cuatroteísmo se purificarán y servirán para que Morena no tenga problemas financieros en futuras elecciones.

Al limitarse el derecho de los ciudadanos a conocer a detalle cómo se utilizaron nuestros impuestos en las obras públicas, queda la sospecha de estar siendo estafados.

En otras palabras, la única certeza será constatar que buena parte del dinero de los contribuyentes se convertirá en “aportaciones al movimiento”, sin riesgo de filmaciones o audios delatores y, otra, irá a engrosar -por arte de magia- a los bolsillos de algunos de los prohombres del cuatroteísmo.

Así, constataremos que la esencia del cambio de régimen, se traduce en no cuentas claras y abundante chocolate espeso.

He dicho.

EFECTO DOMINÓ

Algo extraño y desconcertante ocurre en el PRD y en el PRI, cuando sus dirigentes, Jesús Zambrano y Alejandro Moreno dejan abierta la posibilidad de que la alianza Va por México pueda nominar al senador zacatecano Ricardo Monreal Ávila como su abanderado para las elecciones presidenciales de 2024.

¿Se hará efectiva la advertencia: “voy con Morena o voy por Morena”?

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@Edumermo

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