EDUARDO MERAZ
Si tomamos en consideración los más recientes datos de cómo se ha distribuido la riqueza en México, podríamos concluir que la austeridad republicana propuesta por el presidente palaciego es para los sectores populares, en especial entre la clase trabajadora, y no en el gobierno o en el sector empresarial.
De acuerdo con estadísticas hechas públicas en los recientes días, la llamada “minoría rapaz” ha aumentado su riqueza al doble durante el gobierno cuatroteísta -en tan solo cinco años-, un logro difícil de igualar, ni siquiera en los mejores momentos de la época neoliberal.
Y si bien el sector público ha elevado de manera significativa la recaudación de impuestos, gracias a las elevadas ganancias privadas, estas contribuciones han ido a parar a las obras faraónicas, donde el despilfarro de recursos es su principal característica y no su funcionalidad, en contraste con un deterioro significativo de los servicios públicos.
Como si nadara en la abundancia, el habitante temporal de Palacio Nacional ha destinado alrededor de un billón de pesos a la construcción del aeropuerto de Santa Lucía, la refinería de Dos Bocas y el Tren Maya, en beneficio de empresarios y las fuerzas armadas.
A cambio de ver satisfechos sus caprichos, convirtió el sistema de salud en un desastre, donde después de cinco años, la población sigue sin tener medicamentos y una atención medianamente eficaz, lo cual se tradujo en más de 800 mil mexicanos fallecidos durante la pandemia.
Y no sólo eso, sino que fuera del palacete virreinal, la clase trabajadora reciente los estragos de esta supuesta “economía moral”, como queda constancia de las condiciones adversas que enfrentan miles de trabajadores.
En 2023 las personas que se quedaron sin empleo formal en México retiraron de su Administradora de Fondos para el Retiro (Afore) un total de 27 mil 258 millones de pesos, una cifra sin precedente para un año desde que existen registros (2015), revelaron datos oficiales publicados este lunes.
Información actualizada de la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar), reveló que los retiros de los trabajadores de sus cuentas de ahorro fue 18 por ciento superior a los 23 mil 169 millones de pesos registrados en 2022, cantidad que era el récord para el sistema.
Asimismo, el año pasado, se tuvo registro de 1.9 millones de obreros perdieron su empleo, cifra siete por ciento mayor a la registrada en 2022, cuando un millón 769 mil personas se quedaron sin trabajo, aun cuando no fuese en forma permanente.
El retiro parcial por desempleo es un derecho de los trabajadores que cuentan con su Afore, el cual pueden ejercer sólo una vez cada cinco años y disponer hasta de 11.5 por ciento del monto que tienen acumulado; esta acción significa mermar los recursos que servirán para su vejez, pero con una pensión menor a la esperada o incluso la posibilidad de no obtenerla.
Esos son parte de los logros tangibles del oficialismo transformador: empresarios y gobierno rico y trabajadores pobres, por más aumentos al salario mínimo, que de poco sirven si la gente debe pagar por los malos o inexistentes servicios que debería garantizar el gobierno.
De hecho, estamos viviendo un mal disimulado proceso privatizador, una especie de expropiación de los recursos aportados por los contribuyentes, en favor de la minoría rapaz y del sector público, en detrimento de los pobres, que son efectivamente los primeros en sufrir las consecuencias de este modelo.
He dicho.
EFECTO DOMINÓ
En una lección de congruencia, tan escasa en estos tiempos de “chapulineo oportunista”, la aún alcaldesa de Cuauhtémoc, Sandra Cuevas presentó su organización política denominada «Organización por la Familia y la Seguridad en México», la cual buscará convertir en partido en 2025.
@Edumermo