PULSO/ 20 Al aventón y un Acapulco desesperado

EDUARDO MERAZ

Ya no debe extrañar el comportamiento del presidente totalmente palaciego: todo lo hace al aventón. La improvisación y las ocurrencias son el ADN del titular del ejecutivo, sobre todo cuando se trata de evitar la caída de su popularidad, ante las desgracias ocurridas y acrecentadas por la inoperancia e ineptitud de su administración.

Ejemplos hay muchos, así como la innegable correlación entre el tamaño del problema y el desastre causado a través de sus acciones, pues termina siendo peor el remedio a la enfermedad. Sobresale, sin lugar a dudas, su pésima estrategia para atender la pandemia, donde no sólo se multiplicaron varias veces las muertes catastróficas, sino el aceleramiento de la destrucción del sistema de salud.

Ahora, con los estragos causados por el huracán Otis en Acapulco y sus alrededores, reúne medidas de aquí y allá y las presenta como un programa integral de atención a los damnificados y de rehabilitación de la infraestructura dañada.

Además, hace responsables a funcionarias que han demostrado la magnificencia de su impericia: la secretaria de Gobernación, Luisa María Alcalde, y la gobernadora de Guerrero, Evelyn Salgado. Con ello demuestra su absoluto desdén hacia las víctimas del fenómeno meteorológico.

Es tal la improvisación del oficialismo que, a ciencia cierta, ni siquiera tienen claro las necesidades financieras mínimas e indispensables para atender la emergencia de alimentación y seguridad de los acapulqueños y la ulterior recuperación de empleos y de bienes inmuebles.

Son tan variables las cifras manejadas por  el oficialismo para canalizar a Acapulco, que se vuelven poco creíbles, lo cual refuerza la idea de falta de planeación y de ni siquiera saber con exactitud los montos para cada rubro.

Y aquí sí se evidencia la desigualdad -no somos iguales- entre el gobierno actual y el anterior. En 2014, Enrique Peña Nieto destinó a Guerrero casi 68 mil millones de pesos para atender los daños del huracán Irving.

Casi 10 años después, el cuatroteísmo, expropiando recursos de los poderes judicial y legislativo, así como de órganos autónomos estima poder destinar poco más de 61 mil millones de pesos, a la misma entidad, a consecuencia de Otis.

Además, entre uno y otro huracán, el poder adquisitivo  del dinero es menor, pues en ese lapso la inflación le quitó alrededor de un tercio de su valor

Los daños causados por este último son de mayor calado y, sin embargo, se repite la actitud «pichicatera» de Palacio Nacional cuando no se trata de sus obras emblemáticas, para las cuales, efectivamente, no hay limites presupuestales, sino despilfarro.

Las políticas y 20 acciones al aventón consideradas para Acapulco, generan desazón y desesperación entre los pobladores de la antigua «bellísima bahía», seguros que la recuperación económica dilatará más.

He dicho.

EFECTO DOMINÓ

La Secretaría de Salud (SSa) sólo ha ocupado 952 millones de pesos de 14 mil millones que se  le presupuestaron para 2023 en el rubro de vacunación; es secir, al tercer trimestre de este año, tiene un subejercicio de más de 13 mil millones pesos, denunció el secretario de la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados, Éctor Jaime Ramírez Barba (PAN).

[email protected]

@Edumermo

www.entresemana.mx

Check Also

PULSO/ Los chicos super mañosos

EDUARDO MERAZ Habituados a los dobleces, siempre y cuando sea cuestión de pesos, los curulecos …