KARINA AGUILAR (24 Horas/ El diario sin límites). La llegada de un nuevo año está acompañada, la mayoría de las veces, de la esperanza; la esperanza en tener salud, tener trabajo, viajar, que no suban los impuestos, que haya unidad social, fraternidad, que la violencia termine o que tengamos mejores gobiernos.
Desafortunadamente, 2023 no será el año en el que la concordia, la paz y la unidad reinen en el país y es que, entre la guerra por la sucesión presidencial adelantada y las elecciones para renovar las gubernaturas del Estado de México y Coahuila, lo que veremos desde este mes será guerra sucia, descalificaciones y discursos de odio en todos los niveles.
En 2023 también se deberán tomar decisiones importantes para el país, como la definición por parte de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) sobre la constitucionalidad o no de las recién aprobadas reformas a leyes secundarias en materia electoral.
Resolución que irá acompañada de la elección del nuevo presidente o presidenta de la Corte que, en teoría, tendrá que ser resuelto por los ministros sin intervenciones de poderes ajenos.
Sin embargo, a pesar de la constitucionalidad o no de las nuevas reglas electorales, veremos una violación sistemática, como lo han hecho desde hace cuatro años, de las leyes en la materia por lo que, desde el Presidente de México, hasta los funcionarios y servidores públicos de menor rango, harán propaganda a sus candidatos sin importar las sanciones a las que se puedan hacer acreedores.
2023, también será un año de pugnas internas al interior de los partidos de oposición más fuertes como Acción Nacional (PAN) y el Revolucionario Institucional (PRI) y es que, con tal de poder incidir en las candidaturas federales para 2024, los actuales dirigentes nacionales más allá de preocuparse por lograr una candidatura fuerte y competitiva para enfrentar a Morena quieren mantener sus cotos de poder y tener la última palabra en la definición de candidaturas.
Ante el actual panorama que no ha logrado cambiar en cuatro años, se ve difícil que 2023 sea el año en que México tenga un sistema de salud como el de Dinamarca; y es que para ello primero tendrían que haber incrementado el presupuesto en Salud, y acelerar la llegada de vacunas para revertir el rezago en el esquema nacional de vacunación que existe en todo el país, además de mantener un abasto continuo de todos los medicamentos, incluidos los oncológicos, entre otros muchos retos que enfrenta el sector.
Pero no todo es malo, 2023 también será el año en que los trabajadores del sector privado gocen de más días de vacaciones, una reforma que era necesaria y esperada desde hace décadas en México.
Dicen que la esperanza muere al último, por ello y a pesar de todos los retos y desafíos que se vislumbran, deseo que 2023 sea un año de progreso y buenas noticias lejos de la división y del encono.
Y en Pregunta Sin Ofensa:
Este mes deberán definirse las candidaturas al Gobierno del Estado de México y hasta ahora no se ve una fuerte promoción de quien pudiera encabezar a Movimiento Ciudadano, ¿será que este partido está pensando en no participar en la contienda mexiquense?
@aguilarkarina