PORTAFOLIOS/ Más allá del liderazgo digital

ALAN RAMÍREZ FLORES*. «Ser digital» se convirtió en el mantra para la supervivencia empresarial. Pero hoy la innovación tecnológica no basta.

Las altas inversiones en digitalización, no auguran por sí mismas una ventaja competitiva en las empresas. Tener una solución tecnológica ya no es suficiente para construir una ventaja competitiva real a largo plazo. Esto es sólo el punto de partida. Después conviene diferenciar las capacidades correctamente y seguir naturalmente el flujo de productos, servicios, soluciones y experiencias digitales.

En sí, la tecnología digital juega un papel importante en todas las capacidades, pero requiere combinaciones dinámicas de conocimientos, procesos, tecnologías, datos, habilidades, cultura y modelos organizacionales que le permitan a las empresas crear valor de maneras que otros no pueden.

Para ir más allá de lo digital y dar forma al futuro se requiere reimaginar nuestro lugar en el mundo. Esto implica mirar más allá de la cartera actual de negocios y productos y determinar qué valor crearán y para quién. Cualquiera que sea la nueva propuesta de valor, debe asegurarse de identificar una posición significativa, que sea única y la impulsen las propias capacidades.

Generar esta reimaginación no basta con mirar las tendencias de los datos y preguntar a los clientes qué quieren. Debe desarrollarse un punto de vista único sobre cómo se evaluará y creará el valor en el futuro y qué capacidades se necesitarán para cumplir con esa propuesta de valor.

Otra acción central es crear valor a través de los ecosistemas o redes de empresas e instituciones que trabajan juntas hacia un propósito común. Esto para aprovechar las capacidades que otros construyeron para ofrecer sus propias propuestas  y hacerlo a gran velocidad, a escala y de manera flexible.

Una acción relevante ahora, es contemplar a cada cliente como una fuente potencial de innovación y desarrollo. Esto porque a medida que los mercados se vuelven más diversos, dinámicos y complejos, las expectativas de servicio, consistencia y confianza cambian por completo. Al mismo tiempo, las oportunidades para la recopilación, almacenamiento y análisis de datos se disparan. Así, si antes la única herramienta que las empresas emplearon para conocer a sus clientes fue la investigación de mercado, hoy es obsoleta para este nuevo mundo.

Se requiere que las empresas utilicen los conocimientos privilegiados que obtienen de sus clientes para fortalecer sistemáticamente sus propuestas de valor, capacidades y productos y servicios ofrecidos.

A medida que se vaya más allá de lo digital, se deberán abordar los datos subyacentes y la tecnología necesaria para respaldar los valores diferenciales.

La tecnología que ayuda a las empresas a capturar datos y convertirlos en información existe y se innova rápidamente. Las soluciones de planificación de recursos empresariales (ERP) basadas en la nube, almacenamiento bajo demanda, sensores conectados, aprendizaje automático, herramientas de Inteligencia Artificial y muchas otras tecnologías para recopilar, procesar y analizar datos abundan. El desafío es tomar las decisiones que impacten positivamente al negocio.

En resumen: la tecnología por si sola no basta. La tecnología es solo el primer peldaño a la consolidación y el crecimiento corporativo.

*CEO de Coperva y autor de Liderazgo para tod@s

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