Piojos, cristal y hielo

DULCE MARÍA SAURI RIANCHO

SemMéxico, Mérida, Yucatán. Pasó el primer debate. De alguna manera tuvo una vida efímera en el interés mediático por varias razones, entre otras, el eclipse de sol que fue total en una extensa franja del territorio, desde Sinaloa hasta Coahuila.

Agrupo los comentarios de las y los analistas en seis rubros: 1) Formato del debate sobreregulado; 2) Xóchitl Gálvez dejó pasar la oportunidad de un triunfo contundente sobre su rival oficialista.

3) Claudia Sheinbaum logró rehuir la confrontación, mantuvo la disciplina de su mensaje e ignoró las distintas “provocaciones” por el fácil e innocuo procedimiento de ignorarlas.

4) Jorge Álvarez Máynez logró avanzar en su estrategia de darse a conocer y mostrarse como una opción distinta (a pesar de haber sido el atropellado relevo del original candidato de MC quien no pudo dejar la gubernatura de Nuevo León).

5) Una mayoría de comunicadores y mesas de análisis coincidieron en el triunfo de la candidata obradorista, simplemente porque no cometió un error grave.

6) La confrontación de las encuestas se trasladó al postdebate: Massive Caller dio como ganadora a Xóchitl Gálvez por una amplia diferencia, en tanto que Enkroll lo hizo con Claudia Sheinbaum.

Entre domingo y lunes poco faltó para expedir un “acta de defunción” cívica a este ejercicio que, a fin de cuentas, no llenó las expectativas. Pero… ¿expectativas de quién? Sin duda, de las y los analistas del quehacer político.

Dicen que hizo falta un nocaut, desde luego a cargo de la candidata opositora; que los 120 minutos se emplearon en escarceos y escasas, muy escasas propuestas.

No estoy de acuerdo. Hubo planteamientos serios, algunos novedosos. Hubo confrontación, más o menos intensa en algunos momentos. Hubo, incluso, algunas frases de ingenio, dignas de arraigo en el imaginario popular, como la de la “mujer de hielo”, aplicada a la candidata del oficialismo.

Tuve ocasión de leer detalladamente la versión estenográfica de las intervenciones de las candidatas y del candidato, así como de los moderadores del encuentro. Comparto con ustedes, amig@s lector@s, algunos de mis hallazgos.

Les anticipo que, a mi juicio, hubo dos ganadores de este ejercicio dominical: una, la ciudadanía que en número de 24 mil hizo llegar las preguntas a ser planteadas a los tres candidatos.

Desde mi perspectiva, las preguntas reflejan la realidad de millones de personas que cuestionaron a las “tres candidaturas” (fórmula empleada por Manuel López San Martín para referirse a las dos mujeres y un hombre) sobre asuntos tales como: el desabasto de medicamentos, el retraso educativo, la interminable espera de una cita médica, entre otras realidades de la vida cotidiana.

La otra indiscutible triunfadora de la noche fue la moderación a cargo de una mujer y un hombre, prestigiados conductores de radio y TV. La lectura cuidadosa de sus intervenciones ilustra cómo, en medio de un debate sobre regulado por la desconfianza, pudieron desempeñarse como correas de transmisión de las preocupaciones de millones de personas.

Un ejemplo: ante el triunfalismo de las cifras de aceptación de IMSS-Bienestar mostradas por la candidata Sheinbaum, la pregunta del moderador, fincada en los datos de CONEVAL, destacó que entre 2018 y 2022, aumentó de 20.1 millones a 50.4 millones el tamaño de la población que afrentó carencias de salud.

Hubo pocas respuestas directas y puntuales a los cuestionamientos de la ciudadanía y de moderadores. En pocas palabras, se salieron por peteneras, abundaron en vaguedades y lugares comunes en asuntos tales como la atención a las víctimas de la violencia de género.

Apareció el Sistema de Cuidados, tanto en las intervenciones del candidato de MC como de la candidata de la Coalición. Estar en el radar de las candidaturas presidenciales es una buena noticia.

En términos generales, poco puedo opinar sobre las propuestas de la candidata Sheinbaum porque son prácticamente “más de lo mismo” en todos los asuntos desahogados durante este debate. Hubo algunas novedades —que no lo son tanto— como la creación de una “agencia nacional anticorrupción”. A diferencia del menospreciado y casi liquidado “sistema nacional anticorrupción” construido de consumo entre las organizaciones de la sociedad y los poderes ejecutivo y legislativo, esta agencia del “segundo piso”, no sería autónoma, sino un “brazo” de la presidencia, es decir, una secretaría de la Contraloría tal como fue concebida en 1982.

A pesar de que se “enseñaron los dientes” en distintos puntos del debate, Xóchitl y Máynez coincidieron en diversos planteamientos en los distintos temas abordados la noche dominical. Transparencia fue uno de ellos, al igual de Migración y el respeto a los derechos humanos de quienes cruzan el territorio nacional rumbo a Estados Unidos.

Tarjeta Mi Salud. De Xóchitl Gálvez quiero destacar una propuesta que, a mi juicio, es esperanzadora para las necesidades de millones de familias mexicanas. Me refiero a la tarjeta Mi Salud que servirá no solo para obtener medicamentos en las farmacias públicas o privadas, sino para recibir consultas médicas y tratamientos, incluyendo hospitales y clínicas privadas.

Xóchitl se comprometió a poner en marcha este programa en cuanto llegue a la presidencia de la república. El gobierno federal, propone la candidata opositora, pagará por las medicinas o los tratamientos dondequiera que se apliquen en tanto se procede a la reconstrucción del entramado institucional de la salud del sector público, gravemente deteriorado por una desastrosa gestión del gobierno que está por concluir.

“Caja de cristal”. La actuación del gobierno tiene que realizarse con la transparencia que solo otorga el cristal. Hay los recursos tecnológicos para saber en tiempo real, cómo, cuánto y quién gasta el dinero público.

Lo dijo muy bien Xóchitl cuando señaló: “¿cómo es posible que el gobierno sepa cuánto gastan los empresarios?, ahorita con tu declaración prácticamente te dijeron cuánto tenías que pagar a un ciudadano común y corriente. [Entonces] ¿Por qué los ciudadanos no pueden saber cuánto gasta el gobierno?”

Los “piojos” de la Ivermectina recetada a miles de personas por el gobierno de la candidata Sheinbaum también estuvieron presentes. Y como otros asuntos, recibió el silencio como respuesta. “Fría, sin corazón”, calificativos de Xóchitl a Claudia. “Mentirosa, corrupta”, en sentido contrario.

El debate del domingo 7 fue el primero de tres. El segundo se efectuará el 28 de este mismo mes.

Ojalá la dinámica propicie el intercambio y la confrontación de propuestas. Pero vamos por menos rollo. Al menos eso nos dejó el cronómetro defectuoso del INE.

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