A PACTAR
Si se quiebran la cabeza
algo se puede atrofiar
mientras la respuesta esa
que quiere hacerse escuchar
con gusto desde hace mucho
sin hacerse del rogar,
a quien con frecuencia escucho
que por verla tan resuelta
un ánimo debilucho
la evade, le da la vuelta,
un secreto se lo impide
–por su dignidad esbelta–
y le aconseja o decide,
por maña o por cerrazón
ordena que la descuide
y margine a la razón.
La respuesta anda flotando,
le hace falta a la nación
que dice a ver hasta cuando
pactan sin intolerancia
en bien de todos pensando
como el Pacto por la infancia.
Rafael López Jiménez/ IV – 2024