UN HUESITO, AUNQUE SEA
Un huesito, aunque sea
–lo repite y llora–
para enfrentar la pena
para que opine la ciencia
y diga quién y cómo era
cual su trabajo
y cuál su escuela
o su esperanza
como ser humano,
motivo de la impaciencia.
El buscador no descansa.
Un huesito, aunque sea
–lo dice y solloza–
para llorarle
o para rezarle
para decirle que al dejar la vida
la despedida es rigurosa
en la familia dolida
triste, con pena y temores,
por lo arduo y peligroso
de un vía crucis tortuoso
para las y los buscadores.
Rafael López Jiménez/ IV – 2025