MIGUEL ÁNGEL LÓPEZ FARÍAS
Muy a la mexicana, la estampa de Otis como súper huracán paso de ser una anomalía de la naturaleza a un campo de lodo retacado de grilla.
Cierto, el presidente López Obrador se ha ganado un cuadro en la pared de aquellos exmandatarios nefastos, cuadraplégico ante esta y otras tragedias (¿ya se nos olvidó la pandemia?, ¿el huracán del narco?, ¿de desaparecidos?, ¿víctimas de la violencia?, (¿migrantes incinerados?, ¿niños sin medicamentos para el cáncer?). Lo de Otis es, por decirlo suave, una raya más al tigre, o una escama más al pejelagarto. Preocupa realmente que allá, en Guerrero no exista un poder ejecutivo de la entidad que no dependa de la ubre de palacio nacional, entiéndase que existe una persona que fue electa, que lleva por nombre Evelyn Salgado, y que esta gobernadora no tenga la remota idea de lo que es un trabajo decoroso. ¿Qué virtud la cubre o la distingue? Ninguna, ella es, como muchos políticos, una anomalía de ese criminal folklorismo electoral, nada distinto a otros especímenes como Samuelito o el Cuau.
Ahora bien, el auténtico reto para la gobernadora no es que limpie el puerto con sus manos buchonas (uñas largas y bien maquillada), sino la estrategia que su administración habrá de implementar (es un decir) ante lo que será un reto de verdad, controlar a los miembros del crimen organizado que operan en esa región, ¿los dueños de las plazas de narcomenudeo, extorsión, secuestros van a formarse en las filas de los damnificados? No, como consecuencia de Otis, veremos un cambio en la lógica de estos criminales, pues no creo que se sometan a alguna tregua o programa para el desempleo, ellos viven del potencial turístico y del comercio, sea vendiendo drogas o renteando a hoteleros, restauranteros, tiendas chiquitas y grandotas, taxistas, antreros, etc, vendedores en la playa etcétera.
No estamos ante el riesgo potencial de más rapiña, sino de algo más grave, la brutal maquinaria de los narcos. Acapulco está devastado, ¿hacia dónde huirán las «cucarachas”?
¿El gobierno de Evelyn tiene alguna idea del que hacer ante el riesgo potencial de un aumento de los delitos del fuero común? Quienes se dedican a eso están habituados a obtener ingresos de la manera que sea ¿robaran en las casas?, ¿a los transeúntes?… o ¿debemos creer en la inocente idea de que recapacitaran y enfriaran sus mañas mientras se reconstruye Acapulco?
Debemos entender algo, una cosa es un monstruo nivel cinco como Otis y otra que, en las zonas de decisión, un pueblo «bueno » haya permitido la llegada de figuras como Evelyn, mismas que son incapaces de reaccionar, planear, marcar rutas de salida ante una desgracia como está.
La atención se centró en el Jeep atascado de López Obrador, pero ¿y la gobernadora? En Nayarit ¿qué va a hacer con «los tlacos”, “los ardillos”,» los rojos «,»guerreros unidos «, los dueños de Acapulco y de la entidad?
Doña Evelyn tiene algo mucho más preocupante que dejar de estar a la sombra de su papá, tiene que enterarse que ella es quien gobierna. ¿Lo sabrá algún día?