MIGUEL ÁNGEL LÓPEZ FARÍAS
La película de 1984, protagonizada por Arnold Schwarzenegger y Linda Hamilton conocida mundialmente como THE TERMINATOR ( el exterminador) es el ejemplo que podríamos aplicar a Donald Trump, una suerte de ser » indestructible», que ni el «venerado» sistema de justicia gringo ha podido meter en cintura, demostrando que también allá existe dos medidas para aplicar las leyes: si eres negro, hispano o gringo clase baja y estás jodido, el uniforme naranja te espera , sino es que una inyección letal
Pero para este consumidor de chicas porno e incitador a rebeliones en el capitolio no es así, por el contrario, una vez que nos presume su nueva arracada, logra meter las posaderas al salón oval, (me temo que también les urge una reforma al poder judicial).
Lo que podría ser un guion para el director James Cameron se queda corto ante el nuevo ciborg Trump, un peligro para el mundo.
Y se lo compruebo; bastaron algunos días para que la lengua de Donald se accionara como arma de destrucción masiva al lanzarle un cordial recordatorio a Taiwán de que o paga por la plaza o le retiran el apoyo y que se las arregle con China, una finta que ya mereció el desplome de las acciones de empresas fabricantes de minicomponentes. (Taiwán ha recibido ayuda económica y militar de los EUA para que china no la aplaste).
El factor Trump es una preocupación para aquellas naciones a las cuales les ha puesto el ojo, y de sus clientes favoritos esta nuestro país, así que ya sabemos que nos viene si un Donald Trump, versión TERMINATOR, llega a la casa blanca.
Estamos en su menú con la migración, narco y comercio…y no porque aquí las cosas anden bien, basta con meter los pies a las albercas de sangre y el control que los criminales tienen sobre la vida de muchos mexicanos, materias que deben ser resueltas, y aunque lo diga Trump o no, el gran desafío de Claudia Sheinbaum es meter paz en la taberna nacional.
So pretexto de una guerra comercial con china, Trump, en la eventualidad de que gane , forzara a la creación de bloques y Latinoamérica, obviamente lo considera suyo…una América convertida en la gran fábrica de minicomponentes y todo lo que el tío Sam vaya necesitando en su batalla contra Asia eso si, sin que en las naciones reclutadas se dé el contagio del nacionalismo o la prevalencia de un clima de hostilidad o violencia en contra de las barras y las estrellas…la guerra en contra de China es una realidad y Trump planea involucrarnos doblándonos por donde somos débiles: ese México dividido y rencoroso, pusilánime y vengativo ( y no solo se trata de una clase política intoxicada por el poder y la corrupción, sino de toda la sociedad)
Esta película ya la habíamos visto, en las viejas heridas de México provocadas por la tortuosa relación entre vecinos…
Trump viene a eso, a recordar quien manda en el vecindario.