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MIGUEL ÁNGEL LÓPEZ FARÍAS
Después del 11 de septiembre del 2001, el mundo conoció a el nuevo monstruo , los talibanes, brazo operativo de la organización terrorista AL-QAEDA.
Los cuatro ataques aéreos sufridos en territorio estadounidense y el derrumbe de las torres gemelas en NY empujaron a una de las operaciones armadas más largas y costosas en medio oriente.
Fieles a la doctrina gringa de no buscar solucionar los problemas, sino aplastarlos, es que Washington le dio un giro al rostro del planeta.
Guardando proporciones, hoy nos enfrentamos a una receta muy parecida, sin el antecedente que los narcos mexicanos tumbaron la estatua de la libertad o el Empire State , se convirtieron en la nueva narrativa de la hipócrita doble moral de la casa blanca.
El departamento de estado de estados unidos ya los subió de categoría y ahora, seis nomenclaturas criminales son parte de la galería de las organizaciones terroristas trasnacionales.
El cartel de Sinaloa, cartel jalisco nueva generación, carteles unidos, cartel del noreste, cartel del golfo y la nueva familia michoacana ya están a la altura de AL QAEDA.
A Trump le urge ponerle condimento a sus amenazas de campaña y que mejor que los narcos mexicanos para que se le tome en serio, la cuenta regresiva para ver rodar cabezas de los chapitos, mayitos, los menchos, los Hurtado Olascoaga de la familia michoacana, escorpión 93 del golfo, Comparán Rodríguez de carteles unidos en Michoacán, y algunos parientes del gobernador de ese estado.
La oferta es de este tamaño: ¿quiénes van a caer y cuál será el precio a pagar?, porque algo es seguro, no va a ser un tiro limpio.
Sin descontar que no se trata solo de más vuelos de drones de la CIA y operativos binacionales para capturar a los criminales, sino lo que estos mismos capos habrán de hacer con la información que poseen sobre sus socios metidos en la política o empresarios beneficiados por la multimillonaria actividad de las drogas.
¿Qué pedirán los chapitos a cambio para no abrir la boca y exponer a sus protectores? si pensó en el gobernador de Sinaloa, pues es un ejemplo de batidillo que esta por lanzarse…y el de Michoacán, el ex de Chiapas, el ex de Morelos, los de Jalisco, el cochinero en Guerrero, toda aquella entidad en las que el poder de esas organizaciones hayan colocado su feudo.
Y como hemos dicho, esta película trumpiana, vista cuadro por cuadro, significa para la presidenta de México, Claudia Sheinbaum , la oportunidad de marcar un antes y después en la historia del país, ella, quien ha demostrado ser valiente y de mente clara y afinada , posee en la cartuchera, los tiros necesarios para colocar las trabes , no solo de su segundo piso de la cuarta transformación, sino un nuevo orden de las cosas, de cara a una nación sin la cuenta negra de los asesinatos, de esa violencia irracional , absurda , con que los carteles han impuesto sus reglas.
La mandataria puede aprovecharse de la tormenta trumpiana para cortar con el amasiato entre quienes debieron gobernar a favor de los más débiles y esa industria de terror y muerte que significan los carteles de la droga.
Vienen tiempos complicados, los narcos van a buscar poner de rodillas al gobierno, sea con chantajes o narco terror.
Esto no tiene marcha atrás, el nuevo pacto binacional es real, nada indica que Trump se acobardara, y tampoco vemos a una presidenta de México con deseos de agachar la cabeza y desviar la mirada, desconociendo que los carteles y sus protectores en distintos niveles de gobierno han llevado a México a sus peores épocas de violencia.
la historia ya no será igual.
