PICOTAZO POLÍTICO/ Sin espíritu

MIGUEL ÁNGEL LÓPEZ FARÍAS

Los juegos olímpicos en Paris sirven como test para medir y pesar el deterioro deportivo en el que México se encuentra, ¿culpa de Ana Gabriela Guevara? Ella es el rostro de la ignorancia y soberbia de todo un sistema, no solo gobierno que ella representa, sino del  aparato que lleva décadas  pudriendo las maderas del barco deportivo mexicano, Ana Gabriela no es la única culpable, por ejemplo, del fracaso de la selección nacional de futbol, repito, Guevara es una de las ramas de la mediocridad ,este árbol es alimentado por  otras aguas putrefactas.

¿Por qué el deporte profesional en el nuestro país es una vergüenza?, porque cualquier actividad deportiva se le ve como el sótano de la vida social , este abandono se  refleja desde los primeros escalones educativos, el deporte no es parte de la canasta básica en la formación de los niños, y es tan notoria que nuestros chamaquitos sufren la pandemia del sobre peso, producto de la chatarrización de sus hábitos, los cuales llegan, en millones de casos a nula actividad física más cientos de horas atados a los teléfonos celulares o videojuegos.

Niños y niñas que en casa tienen de ejemplo a padres obesos, esclavizados a las caguamas, a la comida chatarra y litros y litros de refrescos, hundidos en la autocompasión que produce el estrés y la ansiedad, pero negados a salir del barranco por medio del ejercicio físico y no digo que se deban inscribir en un gimnasio, bastaría con estirar las piernas intentando trotar.

Ese microcosmos potenciado en lo general nos da como resultado a un pueblo deteriorado física y mentalmente, huérfanos de espíritu.

No somos una nación deportista, somos el mayor público consumidor de telenovelas, enajenados por la maquinaria televisiva que nos sirve auténticos vómitos como la liga mexicana de futbol, o programación basura, tal como ocurre con «la casa de los famosos».

Intelectualmente estamos paralizados, elevar la conciencia huele a planeta extraño, nos negamos a dejar el papel de infantes extraviados, adolescentes hambrientos para que el tlatoani en turno  nos arroje el próximo costal de ayuda o bien, esperando que surja el nuevo héroe o heroína ganando medallas de bronce o plata y así compensar ese vacío de que no somos «tan perdedores»…aquí hago una pausa para aplaudir de pie a quienes , a pesar del cáncer de la corrupción y el desprecio gubernamental , logran remontar los pronósticos y más por sus (huevos u ovarios) consiguen ese pedazo de olimpo, digo, un acto así, viviendo de una granja que respira medianía , es toda una hazaña.

¿Y qué se necesita cambiar el tablero de resultados?, no solo es tarea de hacer crecer los músculos, de saltar más alto, de nada más rápido o patear bien un balón, sino de crear un nuevo modelo mental por medio de la generación de mejores hábitos, la base nutricional de un grueso de los mexicanos es una verdadera bomba de carbohidratos, nuestros cuerpos se han convertido en contenedores de porquerías, súmele el criminal sedentarismo en familias enteras…esto es lo social, de algo que como padres de familia deberíamos reconsiderar, ¿qué ocurre con las políticas del estado, si es que alguna vez les intereso esto?, el sistema público de educación no toma en serio esto, las actividades físicas en todos los niveles son una vacilada, la «hora de deportes» en primaria o secundaria, operan como el mejor pretexto para matar el tiempo , salpicado de reglas básicas para medio forzar el cuerpo sin que se alcance niveles que exploten nuestras capacidades deportivas. ningún plan de estudios contempla con profundidad y calado las virtudes que arrojan las actividades físicas en nuestros niños, no solo para que se perfilen como atletas, sino como una de las mejores herramientas para el equilibrio entre la salud mental y física…esos niños, cuando sean reprogramados, dejaran de formar parte de los futuros ejércitos de enfermos terminales.

El sistema educativo determino fabricar seres humanos deprimidos, poco competitivos, obreros emocionales cuya mayor meta es cobrar quincenalmente un salario…y ver en la televisión partidos de futbol o realitys shows para retrasados mentales.

Somos una nación hipócrita ,hipnotizada por la fantasía y los milagros ,atados a viejos logros deportivos y aunque mis palabras suelan ser duras, reto a quien sea a que desmienta este diagnóstico o bien , propongo que en un acto de valor y de amor propio generemos nuestro  terremoto social y deportivo, ¿cómo?, sirviendo de ejemplo a nuestras niños y jóvenes ,tenemos que separarlos de las toxinas intelectuales como el perreo, el reguetón o corridos tumbados, narco series o «casas de los famosos», Cambiemos esto de regresar con las manos vacías en los mundiales o juegos olímpicos.

Es más, cambiemos la posibilidad de terminar en un hospital conectado a un aparato respirador haciendo lo que nos resulta incómodo: hacer deporte.

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