MIGUEL ÁNGEL LÓPEZ FARÍAS
El justo reclamo porque las mujeres reciban un trato igualitario en las áreas políticas nos han llevado de un extremo al otro, cierto es que en los ámbitos de poder, a ellas, históricamente se les han cerrado las puertas de acceso al poder …la paridad tiene sus ventajas y también sus riesgos, pues hay quienes ven en esto (me refiero a hombres en las zonas de decisión) una grieta que les permita esconder la mano, mientras empujan a una mujer para cargos.
Claudia Sheinbaum es quien mejor ejemplifica esto, etiquetada como la «marioneta» de López Obrador, algo que en el imaginario colectivo será muy difícil de borrar, hasta que (de llegar al poder) se pueda emancipar, ser ella misma.
En el caso de Xóchitl es diferente, ella se conduce, digamos, con mayor independencia, tanto que en los partidos que la acompañan se le señala como «chivo en cristalería», Xóchitl trae aureola de autonomía, pero no es garantía de que gane.
Y como contagio se da por lanzar al escenario a más mujeres lo que ha derivado en una mal entendida corriente, pues sin restar méritos a ellas, se aprecia la ocupación por razones de género de muchas que solo poseen el requisito de ser mujeres, pero sin la mayor experiencia o preparación para arenas de la política de verdad.
Se que decirlo es incorrecto, pero no se debe prestar a malas interpretaciones, veamos el caso de la UNAM y el cambio en Rectoría, en dónde el actual grupo de gobierno impulsa a una mujer, lo cual no es mal visto a la luz de la famosa paridad, pero que oculta las verdaderas intenciones de un club de hombres por conservar el control de la máxima casa de estudios … Y se abandona, a otro tipo de perfiles mucho más sólidos para los retos que la UNAM deberá enfrentar, tal es el caso del doctor Raúl Contreras, uno de los mejores directores de la Facultad de Derecho que se haya tenido.
En los cargos de elección se aprecia el mismo ejemplo. El INE impone la fórmula de cinco mujeres y cuatro hombres para los gobiernos de los estados, morena, fiel al caos, sirve la mesa para la cena de caníbales y se mete en un problema al repartir los cubiertos que, por razones de género, morena en la ciudad de México, se ahoga en una guerra civil entre los de Clara Brugada y Omar García Harfuch.
Chiapas es otro ejemplo, ya que el que arrasa en las encuestas es el senador Eduardo Ramírez Aguilar, y tiene cuerpo y medio en la boleta electoral, pero sus adversarios atizan la idea de que tendría que ser Sasil de León , una mujer que ,lo diré suavecito, es la pantalla de una poderosa familia de ese estado ,misma que le garantizaría muchos negocios ,sin añadir que el clima de violencia se incrementaría al estar sujeto el estado a la conducción de alguien que no está a la altura de lo que se necesita.
Ya vimos lo que sucedió con Guerrero y Evelyn Salgado, la gobernadora que antes del huracán Otis ya tenía al estado en calidad de damnificado.
La propuesta de la paridad de género está aún en pañales. Esta regla se mexicanizó, convirtiendo una necesaria ruta para emparejar el piso, en un acto hipócrita, de simulación, pues las apestosas manos de los mismos hombres seguirán controlando lo que a sus intereses convenga, y como adornos, las mujeres.
Y cito a la extraordinaria periodista Marta Eugenia Dávila, especialista en igualdad y género.
«Mujeres al poder sí, pero por trabajo y convicción, no por manipulación».