MIGUEL ÁNGEL LÓPEZ FARÍAS
Si, solo los obtusos e ignorantes repetirían aquello de que «México se está militarizando», cuando en realidad llevamos un par de sexenios bajo gruesas capas de un verde olivo, y esto no significa que, los mexicanos estemos bajo el cañón de las metrallas del estado y que todo apestará a dictadura.
El ejército mexicano, Marina armada de México y Fuerza aérea son parte fundamental del equilibrio en el país, más los cinco años de una guardia nacional que aún no termina de cocerse y estar al punto de las otras guardias nacionales que en el mundo llevan , no diez o 20 años, sino hasta más de un siglo ( los carabineros, guardia civil española, gendarmería argentina, carabineros chilenos etc.). todos estos cuerpos caracterizados por una misma matricula: son alimentados por sus defensas o cuerpos militares en sus países de origen.
Aquí, en el caso mexicano, fieles a la práctica del desgarre de vestiduras, los plañideros condenan el que la Guardia Nacional pase a ser de la Defensa Nacional, sin que se reflexione que en este puerto urgen medidas de este calado.
El diagnóstico es uno, vivimos tiempos extraordinarios en inseguridad y que si bien, el gobierno de López Obrador hizo muy poco, sería suicida pensar que la mandataria Sheinbaum dejara a crecer la bola de nieve con la suma de más víctimas y de mayor pérdida de territorios a manos de los carteles de la droga.
Una herramienta de ese tamaño, una Guardia Nacional con esteroides militares, una secretaria de Seguridad Ciudadana Federal con mayor campo de acción en inteligencia y tecnología y la potestad de la defensa nacional, nos acercarían a una respuesta menos frívola y más realistas para combatir a los carteles de las drogas.
Claudia no es Andrés Manuel y a ella toca una ruta, la doctora se caracteriza por tremendamente pragmática y exigente con los resultados, así que lejos de estancarse en el estéril debate de si López Obrador dijo hace años que estaba en contra de lo que hoy impulsa, o que regresara a las tropas a sus cuarteles, debemos entender que la capacidad de fuego y dinero, así como la siembra del terror, por parte de los narcos, solo se puede combatir con acciones operadas por los profesionales de la guerra, pues nos guste o no, ya estamos en eso.
El ejército mexicano es vital para recuperar a esta nación que sufre la pesadilla del crimen organizado y que en estos últimos años vimos (y millones sufrimos) uno de los mayores deterioros en el tejido social, que nos arroja cifras de ejecuciones del calibre de una guerra civil , plagados de un ambiente de derrota ante el surgimiento de la narco cultura.
Se respiran días sin tregua, son imperios de criminales derrotando al estado, con desplazamiento de familias, ahogados en fosas nada clandestinas, y la tortura en el corazón de los familiares de los desaparecidos.
Es el momento de que los héroes del ejército, marina armada y fuerza aérea, en pilotaje con una guardia nacional, salgan a recuperar a nuestro país.
Se ha discutido con mala calidad en la mira , lo que significara la reforma al poder judicial y el impacto en la economía, pero no se reconoce que asi como estamos resulta ser un polvorín para los inversionistas de todos los tamaños y todas las procedencias, que el mercado y hasta la inflación son dictados por los extorsionadoras de aguacate y limones, o que el imperio del huachicol se volvió intocable gracias a que desde los policías municipales o estatales hacen labores de protección.
Dejémonos de pataletas y de ladrarle a las llantas de carro y reconozcamos que es tiempo de un gigantesco plan DN3 que nos devuelva al México de paz y de tranquilidad.
¿ o que esperaban aquellos críticos que advierten de la «militarización» ?, ¿que «LOS VENGADORES» o el chapulín colorado lo haga?