MIGUEL ÁNGEL LÓPEZ FARÍAS
Lo leí este domingo pasado en el editorial de el semanario EL PAÍS de España.
La etimología de idiota deriva de la raíz griega idios, que hace referencia a lo privado y a lo propio. Así, en el sentido etimológico del término en la antigua lengua de los helenos, un idiota era alguien que solo se preocupaba de lo privado, es decir, de lo suyo, y que ignoraba o despreciaba todo lo público…no nos ofendamos por favor, la etimología no se equivoca.
Por ello es por lo que en El PAÍS semanal tuvieron la claridad de llamar las cosas como son.
Y en México abundan los idiotas, me cuento entre ellos, pues en algún momento de mi vida marché a lado de esos ejércitos de egoístas.
Lo público no es del interés de un idiota, hacer política o participar en democracia son planetas extraños, impensable que un idiota pise una urna electoral, eso que quede para los demás, los que no son idiotas.
Insisto: sin ofenderse, no es un insulto, le digo que la etimología es limpia.
Y esto del comportamiento del idiota es uno de los peores males para naciones como la nuestra ,que lleva sexenio tras sexenio tratando de llegar a la edad adulta y mostrarse ante la sociedad mundial como un país de libres pensadores y algo mejor : capaces de tomar decisiones en lo colectivo y no como ocurre hoy, que le hemos dejado a un puñado de políticos la delicada tarea de decidir por nosotros y en el colmo, que esa mafia llamada gobierno, de los partidos políticos que sean , traten a la nación como su retrete y encima, nosotros debamos agradecerles por sus servicios…(Se entiende eso de «agradecerles » permitiendo que corrompan todo lo que toquen).
Un grueso de la sociedad optó por la zona idiota del confort, la que no se involucra, que no pica piedra, que aborrece leer, que ve en el televisor la única ventana de su religión, el futbol o las telenovelas, pero que vomita la historia y algo mucho peor, no pelea por un mejor futuro .
Reitero: todos hemos sido idiotas, (yo, en varias ocasiones).
Pero los tumbos de la carreta suelen acudir a los pasajeros y es el tiempo de algo más que un domingo electoral, es la reflexión del que hemos hecho con nuestro tiempo y con las neuronas que Dios nos dió.
Y si, muy seguramente, nuestra generación deba pedir disculpas por insistir en ser de la porra y no jugadores con garra, nosotros , hemos sido adoctrinados bajo leyes del conformismo y de mediocridad , como alumnos del chavo del ocho , ejemplo del ser «buen mexicano » ,uno que aspira a la torta de jamón y un viaje a Acapulco cada cinco años …eso sí , sin dejar de caminar por la vecindad como un enorme idiota…muy alegre ,muy torpe , muy inocente , muy llorón ,muy víctima …eso sí, negado a aprender cosas valiosas en la escuelita , despreciando a quien le puede significar el único ejemplo para salir de esa miseria : el profesor Jirafales .
¡Qué lindo espejo nacional!
Las y los jóvenes de ahora tienen un enorme poder, dormido por el momento, pero que puede hacer que las cosas cambien, que México cambie.
Es a ellos los que corresponde salirse de la matrícula de esta escuela de idiotas y comenzar a participar, involucrarse en todo lo político y religioso, en todo lo social y humano…que discutan y se enfrenten, aunque se equivoquen, pero que se estrellen y aprendan…que ellos y ellas evolucionen…de ellos es el grito de
Ya no más un México de idiotas y de corruptos.
Que lo entiendan si o sí, de lo contrario, México seguirá siendo una gran maquiladora que genera riqueza para unos cuantos, administrada por torcidos políticos y abajo …abajo ,ya sabemos quiénes.
Y no se ofenda.