PICOTAZO POLÍTICO/ hablando de mujeres

MIGUEL ÁNGEL LÓPEZ FARÍAS

Me disculpo de antemano, pero hoy, este picotazo será mucho más ácido.

Hablaré de un acto absurdo, grotesco y que será sin duda materia de cátedra en futuros debates académicos.

Le va la historia: Alessandra Rojo de la Vega, tomó el camino de las agresiones para aproximarse a la alcaldía Cuauhtémoc, un personaje que obtuvo apoyo de grupos siniestros, tanto del ala resentida de Morena, como del PAN (de Tabe y de Taboada).

El tapiz es uno, Alessandra se olvida de sus «años de lucha» a favor de los derechos de las mujeres y agrede de todas las maneras posibles a otra mujer, solo porque se le atravesó en el camino y por tratarse de la hija de uno de los políticos más poderosos de México, Rojo asume que Caty no merece estar y ella sí (el poder, una enfermedad psiquiátrica en ella).

Tomaré un caso: ¿por qué Donald Trump, con todo lo loco que es, no se atreve a meterse con la condición de mujer de su adversaria Kamala Harris, y mucho menos, señalarla de ser un títere de su esposo o de los Obama?, porque hasta los gringos entienden que es el decoro en política.

Alessandra utiliza todo tipo de trucos para ganar followers, presencia en un mercado electoral que no la conocía.

El autoatentado la visibiliza, su nombre aparece en millones de menciones, Obdulio Ávila, un hombre de oscuras tareas, le da al clavo, los «balazos » a la carrocería de la camioneta funcionan.

Una inexistente candidata de pronto se convierte en víctima, solo que la fiscalía no le cree ni una jota.

Caty continúa en campaña, todas las encuestas la dan como vencedora…hasta que viene una operación millonaria del PRIAN, compra de votos y el aderezo, traidores en morena, como Néstor Núñez y otros furiosos anti Monrealistas, el fraude en casillas es penoso, tanto que la revisión de las actas (nunca fueron todas, solo unas pocas) arrojan lo que se sospechaba: a Caty Monreal le hicieron trampa, le echaron montón.

Y podríamos asumir que así es la política, una cerdes en donde no puedes confiar en nadie, solo que esto llego un poco más allá. cuando la candidata de TABE Y TABOADA utilizó el derecho a su «libre expresión», arrojando todo el estiércol. Caty, tuvo que resistir la metralla de su violentadora.  ¿Campaña política?, ya no lo era. Alessandra convirtió la contienda en una sala de torturas.

La joven experta en manipulación de redes chantajea con esto: ¿quién le puede decir que no a una cara bonita con ojos lloritosos?, eso lo sabe ella.

Hasta que el tribunal electoral de la cdmx falla a favor de la víctima y niega la entrega de la constancia a Rojo de la Vega, un rayo de luz en medio de tanta porquería, ¿pero creía que Alessandra se haría responsable de sus actos, de su boca?, ¡nooo!… vino el pago a columnistas, unos muy a fines a la nómina del PRI …hombres que se han dedicado al periodismo de pago por evento pero que parece les importa muy poco que en el país se violenten y asesinen mujeres solo por ser eso, mujeres.

Mire, le confesare algo, imparto clases de box , básicamente a adolescentes, niñas que por alguna razón fueron rotas por su entorno, trato de hacer que revivan su amor propio y confianza en si mismas, en todas existe un común denominador, respiran violencia de todo tipo, el entorno machistas las aplasta, las condiciona a la sumisión, yo creo, estoy convencido que se pueden cambiar las cosas, provocar un terremoto entre ellas y que aprendan a luchar, a respetarse, a hacer valer su papel como mujeres…la sala regional del TEPJF está a dos rayitas de sembrar una lección histórica o mandar una señal a todas las niñas y mujeres de México que deseen participar en política de que su femenina condición es poco menos que basura.

Por ello es que, desde esta trinchera asumí de manera abierta la defensa de una mujer, mucho muy honesta y congruente de lo que gritan en el tianguis de la política, esa es mi periodística verdad. les guste a los «adriancitos o raymunditos».

Y mire que debería enfadarme por la cantidad de agresiones y mentadas de madre de la fanaticada de la influencer me han recetado, pero son cosa menor, parte de una tribu que sabrán lo que es ser víctimas cuando en su vida se topen con su propia Alessandra Rojo de la Vega, o sea, su propia verduga…ahí se las dejo.

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