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MIGUEL ÁNGEL LÓPEZ FARÍAS
No tengo dudas de que Delfina Gómez es una buena persona, bien intencionada, sin juzgar, creo que es más del perfil de aquellas tías dedicadas a rezar el rosario…de hecho me cae bien por ese aspecto de directora de primaria buena onda.
Pero tasarla igual por la forma en como ha llevado los destinos del Estado de México, no.
Su gobierno es poco menos que un intento de algo, propio de quien se ha visto atrapada entre las corrientes de poderosos ríos plagados de cocodrilos y pirañas y todo indica, ese será su destino, ser la primera mujer gobernadora de la entidad, la primera en llegar bajo un signo político distinto, y la primera en haber permitido que los carteles políticos de la corrupción sigan intactos.
Porque delfina no tiene ni tendrá el valor de ir en contra de los grandes acuerdos que su impulsor le heredo, López Obrador la dejo atada y amordazada.
Y cuando se pudo fijar una ruta diferente con aquellos lances protagonizados por un hoy desaparecido ex contralor de hierro ,( bien le haría a la opinión pública saber que ocurrió realmente con el cese fulminante del ex subsecretario de la contraloría, mismo que evidencio montañas de actos de corrupción y desvió de recursos de las administraciones de Peña Nieto, Eruviel y del Mazo), fueron días en que la gobernadora Delfina pudo haber marcado la diferencia, pero ni ella, ni la secretaria de la contraloría Hilda Salazar se atrevieron a meterse con Eruviel o del Mazo, por el contrario, han permitido que más de 60 por ciento de la estructura de gobierno mexiquense siga siendo operada por estos dos ex gobernadores.
¿Y de qué tamaño es la desconfianza que le tienen en palacio nacional a la maestra Gómez? se pudo ver en el operativo «enjambre», uno que sirvió como programa de apertura para Omar García y poder ir en contra de un puñado de servidores públicos mexiquenses que descaradamente operaban a favor del crimen organizado, la cosecha de charales fue paupérrima.
«Enjambre» fue producto del gobierno federal, y nunca de la Fiscalía del Estado de México, como se intentó vender, por cierto, una fiscalía en la que opera Eruviel Ávila y que le ha servido para «barrer» a sus enemigos, existe el caso de un empresario de allá al cual le fincaron varias acusaciones falsas para descarrilarlo y ser anulado en un juicio en contra de un banco, cuyos intereses pasan por las manos de Eruviel.
Pues en el Edomex siguen mandando esos viejos ex priistas y delfina no sabe cómo calmar el enojo de la auténtica base de morena que le acompaño y que ahora no ven la recompensa por su lealtad.
Pero otro de los factores que nulifican a la gobernadora, no es solo la guerra entre las distintas corrientes que la rodean, el grupo de Horacio Duarte, de Higinio, sino ahora, el poder de Andy López Beltrán.
El poderoso Andy ha fincado sus cuarteles principales en la zona metropolitana del Valle, arropado por los duros de morena, Andy se mueve por el estado de México, por el momento de manera discreta , pero fungiendo como embajador de palenque, refugio de su padre.
Y no es que Delfina lo deba expulsar, no es conveniente para su movimiento, pero el arropo demuestra que la mente y corazón están con el ex y Claudia Sheinbaum, un detalle que no pasa de noche para quienes si saben que estos ya son otros tiempos.
El mayor problema para delfina es que aun con su llegada no se ha generado ningún diferenciador, excepto que su propaganda es muy de morena, pero en la práctica, el estado de México continúa funcionando como si del mazo estuviera gobernando., mismos problemas en el transporte, en seguridad, agua etcétera.
Esa es la mayor tragedia para Delfina, que, al ser buena persona, no detecta que está rodeada de «leales» cuyo mérito es su devoción a la amistad y no a la experiencia u honestidad.
Por eso es que el Edomex es una entidad plagada de buenas intenciones, pero con los corruptos de antes.
