MIGUEL ÁNGEL LÓPEZ FARÍAS
Faltan cinco meses para que el sector salud se parezca a Dinamarca, bueno, eso prometió el director del IMSS, Zoe Robledo Aburto. Alguien que les avise a los de compras en el instituto que le metan velocidad ya que la agencia periodística EMEQUIS ha dado a conocer una espléndida investigación que revela la urgencia por sustituir más de mil quinientas camas -camillas en hospitales de segundo nivel. Le platico:
Si usted, por desgracia llega a urgencias del IMSS seguramente lo van a colocar en una camilla oxidada (¿cómo le caería una infección diabólica ?), si le da un infarto, las camillas no tienen elevación, las ruedas no sirven, se va de lado irá a parar al suelo por carecer de barandal y por si fuera poco, muchas de las piezas ya no pueden ser soldadas…le doy más numeritos, en estos hospitales de zona existen 2 mil 299 camas y más de la mitad, 65 % está en pésimas condiciones, muchas ya rebasaron su vida útil (diez años) al llegar a tener hasta 30 años de vida.
No solo son elevadores sin mantenimiento el problema, lo inquietante es que las voces que han denunciado esto, médicos, camilleros, enfermeras, han sido ignoradas por el petulante Zoe Robledo.
La serie de documentos que presenta el trabajo periodístico de EMEQUIS da cuenta de que el propio instituto acepta estos graves faltantes, la cuestión es ¿qué hará el señor Robledo al respecto? Pues sus acciones no son precisamente las de un humanista o alguien que entienda el drama de los pacientes (basta recordar la cobarde respuesta ante la muerte, por el elevador, de una niña de seis años en Quintana Roo).
El foco sobre el nivel de deterioro que se presenta en las instalaciones médicas del IMSS es el resultado de la cadena del desprecio que sus autoridades proyectan y que dan como resultado miles de tragedias humanas, historias que son públicas o quedan en el silencio.
El director Zoe Robledo es el nuevo villano, compartiendo ya el triste cuadro al lado de López Gattel, siendo ambos los servidores públicos más deshumanizados que las áreas de salud hayan tenido.
O, ¿a quién va a culpar Zoe de las camillas oxidadas? ¿A Porfirio Díaz? No es broma…de ese tamaño es la arrogancia de Robledo.