>> Mal cierre de año para comunicadores y religiosos en México
>> La violencia amaga la libertad de prensa y la libertad de culto
>> Ambas actividades son muy asediadas por poderes fácticos
MARIO DÍAZ
H. Matamoros, Tamaulipas. De acuerdo a datos estadísticos debidamente documentados, periodistas y sacerdotes están enfrentando ataques sistemáticos de poderes fácticos que pretenden socavar la actividad informativa y religiosa.
En las últimas décadas se han acentuado los ataques a las libertades de prensa y expresión y el derecho a la información y, además, a la libertad de culto con saldo mortal entres quienes se dedican a ambas actividades.
Como resultado de lo antes expuesto, México es considerado como el país más peligroso para ejercer el periodismo en Latinoamérica, situación muy similar para los sacerdotes solo por debajo de Nicaragua, a lo largo y ancho del continente americano.
La Organización No Gubernamental (ONG) Artículo 19 con sede en la ciudad de México, precisa que desde el año 2000 al 16 de noviembre de 2023, se han registrado 163 asesinatos de periodistas, en posible relación son labor informativa.
El desglose de la estadística indica que 43 de esos homicidios se ha cometido durante lo que va del sexenio del presidente ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR, y 47 ocurrieron durante el período constitucional del ex mandatario ENRIQUE PEÑA NIETO.
Asimismo, Artículo 19 tiene documentado que el estado de Veracruz encabeza el lúgubre listado con 31 periodistas asesinados, de los cuales 18 atentados mortales se cometieron durante el sexenio del gobernador JAVIER DUARTE, entre diciembre de 2012 y 30 de noviembre de 2016.
Para la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Cultura y la Ciencia (UNESCO) “tales cifras son un recordatorio de las crecientes fisurar entre los sistemas del Estado de derecho y ponen de relieve el incumplimiento por parte del Estado de su obligación de proteger a los periodistas y prevenir y enjuiciar los crímenes en contra de ellos”.
También precisa que “además de los asesinatos, los periodistas siguen estando amenazados por múltiples formas de violencia que van desde la desaparición forzada, el secuestro y la detención arbitraria hasta el acoso judicial y la violencia digital, especialmente contra mujeres periodistas”.
Y remata la UNESCO a través de su Observatorio: “Aunque se han producido algunos avances en los últimos cinco años, el índice de impunidad en los asesinatos de periodistas sigue siendo escandalosamente alto (86%), lo que crea un efecto amedrentador para el trabajo de los periodistas y pone en peligro la libertad de expresión en todo el mundo”.
Pero no tan solo los periodistas enfrentan la violencia extrema de los últimos años; la conducta antisocial también coloca en esa terrible situación a sacerdotes y ministros de culto en Latinoamérica.
De acuerdo al reporte semestral de Observatorio de la Libertad Religiosa en América Latina, durante los primeros siete meses de 2023, México registró 62 incidentes violentos contra la libertad religiosa y cuatro de ellos derivaron en asesinatos.
Además, el saldo mortal, se registraron 33 intentos de destruir o profanar lugares de culto, dos detenciones y 23 formas de abuso físico o mental, lo que significa un promedio de ocho casos por mes.
La estadística indica que Nicaragua es el país latino con mayor número de incidentes violentos, aunque ninguno de los 86 derivó en homicidios de quienes se dedican a la actividad religiosa.
Para Observatorio de Libertad Religiosa en América Latina “esta situación se agrava por el ensañamiento con el que son silenciados los líderes religiosos, aunado con los lazos de corrupción entre criminales y funcionarios públicos. Incluso en los más altos niveles de la administración estatal no se atienden de manera debida los llamados realizados por las comunidades religiosas que están en riesgo y/o han sido víctimas de ese tipo de situaciones”.
El asesinato de dos personas en la Iglesia del Pueblo de Santa Anita, en Chihuahua, y dos sacerdotes jesuitas acribillados a balazos en Cerocahui, Chihuahua, son ejemplos claros de la violencia que enfrenta el sector religioso.
¿Cómo la ve?
DESDE EL BALCÓN:
I.-Como es evidente, no son nada halagadoras las estadísticas del Observatorio de la UNESCO y del Observatorio de Libertad Religiosa.
Ni hablar.
Y hasta la próxima.