PALACIO/ No Profeco, no es cuestión de precio….

>> Los citricultores de Apatzingán están amenazados por el crimen organizado

>> Delincuentes exigen tributo de un peso por kilo cosechado y comercializado

>> Pobladores no quieren a los soldados y piden presencia de los marinos

MARIO DÍAZ

H. Matamoros, Tamaulipas. El problema que enfrentaron los citricultores de Apatzingán, Michoacán, con la paralización del corte, empaque y comercialización del limón trató de ser minimizado por la Procuraduría Federal del Consumidor (PROFECO) al estimar que “hay una baja en el precio y un comportamiento que está por abajo del Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) y dentro de la estacionalidad”.

Sin embargo, lo que el titular de esa dependencia RICARDO SHEFFIELD PADILLA no valoró con objetividad es que no se trata de un asunto asociado al precio del cítrico, sino de la causa verdadera por la cual a los propietarios de huertos no les permiten cosechar el fruto: son instrucciones del crimen organizado.

Por fortuna, tras más de un mes de paralización de esa actividad económica y con el apoyo de las fuerzas armadas, los citricultores del Valle de Apatzingán reanudaron las labores de corte, empaque y comercialización del limón. La respuesta no se hizo esperar y manos criminales asesinaron a balazos a tres jornaleros que se dedicaban al corte del limón.

Cierto es que en Apatzingán se cosecha el 20% de la totalidad del limón que se siembra en las 60 mil hectáreas de los 33 municipios de Michoacán y que, por lo tanto, el precio del fruto se mantuvo en los estándares normales que se ubica alrededor de los 35 pesos por kilogramo.

No obstante, también es una realidad que además del impacto económico para los propietarios de huertas y jornaleros, el problema mayor es el impuesto tributario que impone la delincuencia organizada, incrementándolo de 40 centavos a un peso por kilo cosechado, y la misma cantidad al producto empacado y comercializado.

En consecuencia, no se trata meramente de un asunto de pesos y centavos; el problema mayor que el gobierno de la Cuarta Transformación y el gobierno del estado de Michoacán se niegan a reconocer y combatir es la actividad ilícita e impune de los individuos fuera de la ley.

Resulta inconcebible que la economía local de Apatzingán se haya paralizado por más de cuatro semanas, ante las amenazas que los citricultores recibieron a través de las organizaciones civiles que los representan.

Aunque, a decir verdad, no solo en esa geografía de la república mexicana se sufre y se enfrenta ese flagelo. En la mayoría de las entidades federativas el “cobro de piso” se ha convertido en una nueva carga tributaria por lo que el contribuyente debe pagar por trabajar y producir lo mismo al gobierno que a la delincuencia organizada.

En el problema surgido en Apatzingán, Michoacán, por supuesto que es entendible más no justificable la postura del titular de la PROFECO durante pasada conferencia mañanera al pretender minimizar la grave situación que enfrenta esa comunidad citrícola y, además, responsabilizar a los medios de comunicación como los causantes del “escándalo”.

Cabe señalar que en esa región del estado de Michoacán que se le conoce como Tierra Caliente es escenario de cruentos combates entre distintos grupos delictivos o de éstos en contra de las fuerzas federales sin importar el acantonamiento de la 43 Zona Militar y un cuartel de la Guardia Nacional.

Ante la inefectividad del personal dependiente de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA), los habitantes del Valle de Apatzingán claman por la intervención urgente de la Marina Armada de México para que enfrente a los distintos grupos criminales.

Por su parte, el gobierno estatal a través del secretario de Agricultura y Desarrollo Rural de Michoacán, CUAUHTÉMOC RAMÍREZ ROMERO, confía que en breve se reanude la actividad citrícola en el municipio de Apatzingán, subrayando que el tema de seguridad la corresponde al gobierno federal.

Como es evidente, RICARDO SHEFFIELD PADILLA, titular de la PROFECO, sobredimensiona la especie de que el precio del limón se encuentra dentro de los estándares normales de acuerdo a la estacionalidad, pero minimiza el problema real que representa la actividad delictiva.

DESDE EL BALCÓN:

I.- Lamentable, muy lamentable que funcionarios de primer nivel antepongan su interés personal y coloque en segundo plano la realidad que se vive en el país.

El titular de la PROFECO es un claro ejemplo de lo antes descrito, toda vez que le interesó más quedar bien con el presidente ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR durante la conferencia mañanera que reconocer el grave problema que padecen los citricultores del Valle de Apatzingán.

No, Procurador Federal del Consumidor, no se trata del precio del limón sino de las amenazas y exigencia del crimen organizado.

Ni hablar.

Y hasta la próxima.

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