>> La agencia nacional de aduana estaría en Nuevo Laredo
>> Millonario movimiento y ubicación estratégica atrae al crimen organizado
>> Arresto de dos “objetivos” no ha logrado desarticular al cártel
MARIO DÍAZ (El Diario de Matamoros) H. Matamoros, Tamaulipas. Muy grave y lamentable la situación de riesgo que se suscitó en Nuevo Laredo, Tamaulipas, en los primeros minutos de la actual semana laboral como consecuencia del arresto de un presunto líder criminal.
En efecto, aunque por fortuna no se registraron desgracias personales, los daños colaterales generaron pérdidas millonarias entre el sector productivo, trastorno de la actividad cotidiana justo en el inicio de la semana laboral, suspensión de clases en planteles escolares de educación básica y, además, el cierre de las oficinas del Consulado General de los Estados Unidos en ese puerto fronterizo.
Nada que no haya sucedido anteriormente en otras coordenadas de la geografía mexicana tras la acción de las Fuerzas Armadas en su combate en contra del crimen organizado y detención de los “objetivos prioritarios”.
Balaceras, quema de vehículos, bloqueos carreteros y de avenidas importantes, ponchallantas en distintas calles neolaredenses, fueron actos derivados de la reacción violenta de los subordinados del presunto jefe de plaza en Nuevo Laredo.
Las horas de terror y sus daños colaterales podrían ser el preámbulo de lo que se espera en la esquina noroeste tamaulipeca ante la intención del gobierno de la Cuarta Transformación de instalar en esa ínsula la Agencia Nacional de Aduanas y, por ende, tomar el control de los cuatro puentes internacionales para vehículos y peatones, y el puente ferroviario.
Considerada como la capital aduanara de América Latina por el movimiento comercial anual que ronda en los 100 mil millones de dólares, además por su ubicación estratégica, es el cruce internacional más codiciado por el crimen organizado.
Justo ahí es donde surge la natural preocupación de los tamaulipecos y concretamente de los residentes en Nuevo Laredo. Tras largos años del control aduanero por parte del grupo delictivo que opera en esa región del noreste mexicano se antoja punto menos que imposible que el crimen organizado renuncie “así como así” a las millonarias ganancias que genera ese cruce internacional con los Estados Unidos.
Desde esa óptica, no resulta aventurado predecir nuevas situaciones de riesgo entre los individuos fuera de la ley y las Fuerzas Armadas dependientes del régimen lopezobradorista. Es decir, sin el menor ánimo pesimista podría decirse que lo “peor está por venir”.
En 2019, el grupo delictivo que opera en esa región, con base en Nuevo Laredo, Tamaulipas, dejó de manifiesto su capacidad de movilización y de fuego, además de la estrategia para el desplazamiento, luego de la detención del anterior líder criminal.
La captura del “objetivo prioritario” que representaba el sucesor, desencadenó la ola violenta que vivieron los habitantes de esa ciudad fronteriza durante la madrugada del pasado lunes. Luego entonces surge la pregunta lógica ¿sirvió de algo el arresto del líder en 2019?
Aunque, eso sí, vale la pena precisar que durante la reciente acción militar la presión de los sicarios no incluyó el secuestro de familiares de los soldados acantonados en Nuevo Laredo, y el ataque a las instalaciones militares tal y como ocurrió durante la operación de las Fuerzas Armadas en 2019.
En ambas ocasiones el Consulado General de los Estados Unidos se vio en la necesidad de cerrar sus puertas y diferir las fechas programadas para las citas, con el trastorno que implica en el retraso de trámites migratorios de los interesados.
Por obvias razones, lo que suceda en Nuevo Laredo como consecuencia del control aduanero que pretende el gobierno de la Cuarta Transformación y la resistencia del crimen organizado, de alguna manera u otro dañará la imagen del estado de Tamaulipas que gobierna el doctor AMÉRICO VILLARREAL ANAYA.
DESDE EL BALCÓN:
I.-Derivado del tema de moda asociado al futbol y la eliminación de México del Campeonato Mundial en Qatar vale la pena una información poco conocida en el balompié mexicano.
Resulta que por información de ZOE ROBLEDO, Director General del IMSS, nos enteramos que, en distintas temporadas, el Instituto Mexicano del Seguro Social fue dueño de los equipos Atlante, Oaxtepec y Santos Laguna.
Del resultado del partido mundialista entre México y Arabia Saudita ya dieron amplia cuenta los cronistas deportivos.
Y hasta la próxima.