>> Claudia y Marcelo recorrerán nuevamente el país
>> Con distintos objetivos se reunirán con simpatizantes
>> Dudan del real “enojo” del ex canciller mexicano
MARIO DÍAZ
H. Matamoros, Tamaulipas. CLAUDIA SHEINBAUM PARDO, la “corcholata” ganadora, y MARCELO EBRARD CASAUBÓN, la “corcholata” inconforme con el proceso de selección interna de Morena, recorrerán el país con objetivos distintos pero dentro del contexto de la elección presidencial 2024.
En efecto, la ex jefa de Gobierno de la ciudad de México iniciará su periplo pasado mañana para agradecer el apoyo recibido e intentar sumar más adeptos a la candidatura de la Cuarta Transformación por medio de concentraciones masivas en cada entidad federativa.
Por su parte, el ex titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores, a partir del próximo lunes, recorrerá nuevamente el país para dar a conocer el nacimiento de un nuevo movimiento político, como reacción a lo que considera una elección no transparente durante la competencia interna de las “corcholatas”.
Con el “bastón de mando” en sus manos, SHEINBAUM, considerada como integrante del ala dura de Morena, se prepara para tejer fino su proyecto político que la catapulte a la sucesión del presidente ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR y, además, lograr la mayoría calificada en ambas cámaras del Congreso de la Unión.
En cambio, EBRARD maneja una estrategia encaminada a reponer el proceso interno de Morena (lo cual se antoja punto menos que imposible) y, al mismo tiempo, sacar la mayor “raja política” luego del desaire (él lo llama traición) del jefe del Ejecutivo federal, a pesar de que el mandatario nacional desde el “disparo de salida” en 2021 siempre dio señales de preferencia en favor de la ex jefa del gobierno capitalino.
Situación muy parecida a lo que sucede con relación a la elección por el gobierno de la Ciudad de México, luego de que la portadora del “bastón de mando” de la 4T no oculta sus preferencias en favor del ahora ex secretario de Seguridad Pública OMAR GARCÍA HARCHUF, razón por la cual el senador RICARDO ÁVILA MONREAL decidió declinar su intención de gobernar la capital del país.
Es decir, “dados cargados” desde el inicio del juego por lo que será hartamente difícil revertir el resultado ya previsto.
Si se tratara de comparar las “estrategias políticas” de Morena al viejo estilo del Revolucionario Institucional, basta recordar que, precisamente del tricolor, surgieron las ahora “estrellas guindas”.
Desde otro ángulo, si EBRARD CASAUBÓN decide participar en la elección presidencial con la casaca de Movimiento Ciudadano con la venia del regente de esa franquicia electorera, DANTE DELGADO RANAURO, muy seguramente atraería votantes de la clase media y, por consiguiente, podría afectar el voto duro del Frente Amplio por México.
Obviamente, el partido naranja crecería electoralmente y reforzaría sus cuadros políticos con miras al relevo presidencial de 2030. En consecuencia, hipotéticamente, tanto MARCELO como DANTE estarían sirviendo a los intereses del lopezobradorismo.
De acuerdo al resultado de la elección celebrada en junio de 2021 con la participación del 63% del padrón electoral, en 2024 Morena mantiene un voto duro estimado en 23 millones de ciudadanos, mientras que el Frente Amplio por México arrancaría en la segunda posición con 19 millones de votos asegurados y en tercer ligar partidos minoritarios (incluyendo el MC) con tres millones de probables sufragios.
Por lo tanto, si se toma en cuenta la misma votación del pasado proceso electoral, el “voto bisagra” lo integrarían alrededor de 10 millones de votantes indecisos, a lo que la 4T y el FAM deberán convencer y sumarlos a sus respectivas causas.
Desde esa perspectiva, las clases sociales aztecas se definirían de la siguiente manera: los marginados (los que menos tienen) apoyarían a la candidata de la 4T, CLAUDIA SHEINBAUM; la ultraderecha y empresarios confían en el Frente Amplio por México y su abanderada XÓCHITL GÁLVEZ; y la clase media, hipotéticamente, brindaría su apoyo a MARCELO EBRARD.
El voto duro del gobierno de la Cuarta Transformación apuntalado por los programas sociales a las clases marginadas es muy difícil de superar; a la ultraderecha y la clase empresarial no les alcanzaría su voto duro para superar al partido en el poder; por lo que la competencia en la elección del año próximo se enfocará en los 10 millones de indecisos pertenecientes a la clase media.
A pesar de la aparente ventaja desde antes del disparo de salida del Instituto Nacional Electoral (INE) para la elección presidencial de Morena y sus aliados, la real competencia no sería por el cambio de inquilino en el Palacio Nacional sino en el Plan “C” del presidente LÓPEZ OBRADOR: la mayoría calificada en la Cámara de Diputados y en el Senado de la República.
¿Cómo la ve?
DESDE EL BALCÓN:
I.-Por supuesto que les asiste la razón a los integrantes de la clase empresarial al calificar negativamente al gobierno de la Cuarta Transformación y su relación con ese sector productivo y generador de empleos.
Cierto es que una política social orientada a apoyar a las clases marginadas no tan solo es necesaria sino también justa.
Sin embargo, tal parece que el proyecto de nación del presidente ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR y su visión de la sociedad mexicana, solo contempla gobernar y apoyar a los que menos tienen, pero, a la vez, olvidándose de otros estratos sociales que también forman parte de la estructura social mexicana.
Ni hablar.
Y hasta la próxima.