PALACIO/ Al final del sexenio…

-Primera y segunda alternancia: PAN y Morena

-Se “sacó la espina” el gobernador Cabeza de Vaca

-Pactada o no, se trata de una derrota política

MARIO DÍAZ (El Diario de Matamoros). LA historia política de Tamaulipas en los últimos seis años está plagada de una serie de hechos que, sin duda, difícilmente habrán de ser superados por los actores políticos de los próximos años.

Veamos:

En 2016, con la llegada del PAN a la gubernatura tamaulipeca a través de FRANCISCO JAVIER GARCÍA CABEZA DE VACA, el PRI pierde su hegemonía partidista y se registra la primera alternancia en la esquina noreste del país. Negociaciones en la cúpula del poder azteca sellaron el pacto que colocan a EGIDIO TORRE CANTÚ como el último gobernador priísta y GARCÍA CABEZA DE VACA como el primer mandatario alternante.

Apenas se colocó la banda de gobernante y FRANCISCO JAVIER ordenó una embestida en contra de la burocracia tricolor y medios de comunicación por haberse opuesto a su proyecto político y “canteado” hacia el candidato oficial BALTAZAR HINOJOSA OCHOA. Limpiar la casa de todo lo que oliera a PRI fue la primera instrucción del Ejecutivo y, respecto a los medios de comunicación, alguien le hizo creer que no requería de esos servicios de difusión, toda vez que las redes sociales fueron suficientes para lograr su triunfo electoral.

Hace seis años, efectivamente, era un riesgo latente circular por las carreteras que cruzan el territorio cuerudo derivado de la actividad ilícita de los grupos delictivos que operan en esta región del país. La creación de un grupo policial fuertemente armado, dotado de vehículos blindados y dos helicópteros artillados fue la reacción del gobierno panista a ese flagelo. Al margen del resultado positivo en materia de seguridad carretera, sobran quienes opinan que en realidad se formó un “cártel con charola” para enfrentar a los enemigos.

Además de la vigilancia en la red carretera, el grupo de élite se encargó de resguardar los parques eólicos generadores de energía limpia de la empresa española Iberdrola y fue comisionado para controlar la importación ilegal de carburantes (huachicol) a través de los puentes internacionales.

Apenas despuntaba el gobierno de los vientos del cambio cuando se produjo la primera venganza política: la aprehensión del gobernador saliente EUGENIO HERNÁNDEZ FLORES, acusado por la fiscalía estatal de un delito relacionado con la compraventa de terrenos públicos a bajo precio en el municipio de Altamira. Independientemente de la comisión del presunto delito, la realidad es que el gobernador FRANCISCO JAVIER GARCÍA CABEZA DE VACA tomó venganza en contra de HERNÁNDEZ FLORES porque intentó someterlo a proceso cuando fue alcalde de ciudad Reynosa, sin que lograra su cometido a pesar del nutrido fuego oficial y mediático ordenado desde el tercer piso del Palacio de Gobierno.

La ley del Karma se hizo presente en Tamaulipas, manifestándose en las acusaciones de la Fiscalía General de la República y la Unidad de Inteligencia Financiera contra el jefe del Ejecutivo Estatal, provocando el desafuero por parte de la Cámara de Diputados, pero conservando la inmunidad procesal por obra y gracia del Congreso Local, aunque, eso sí, solo hasta el 30 de septiembre.

La primera nota mala en la calificación política del gobierno de los vientos del cambio llegó con el proceso electoral de 2021 con la pérdida de la mayoría legislativa y las alcaldías de los principales municipios, ante la ola arrolladora de la Cuarta Transformación. Ni tardo ni perezoso, ante la necesidad de mantener el control del Poder Legislativo y blindar su salida, GARCÍA CABEZA DE VACA ordenó la “compra” de diputados morenistas, logrando así recuperar la mayoría simple en la 65 legislatura tamaulipeca.

Bien sea por la ausencia de firmes asesores o bien por la soberbia del gobernador, lo cierto es que el mandatario hizo caso omiso a las luces ámbar de 2021 y con la seguridad que brinda el poder, en esas condiciones hizo frente al reto partidista de 2022: la gubernatura de Tamaulipas. Pactada o no, se trata de una derrota política que descarrila su proyecto presidencial en 2024.

En ambas competencias electorales brillaron por su ausencia tanto el Partido Acción Nacional como los panistas de cepa que se vieron avasallados por el control absoluto del jefe político en la entidad; en el pecado llevaron la penitencia.

Peor aún, cuando en la pasada justa electoral GARCÍA CABEZA DE VACA prácticamente se desempeñó como candidato y operador político con los resultados ya de sobra conocidos mismos que, al final de la jornada, no cambiarán los tribunales.

DESDE EL BALCÓN:

I.-Por supuesto que al gobernador de Tamaulipas FRANCISCO JAVIER GARCÍA CABEZA DE VACA le asiste el legítimo derecho de buscar la candidatura del PAN para competir en la elección presidencial de 2024. Lograr o no el objetivo, eso estará por verse.

Dos descalabros políticos en la entidad (2021 y 2022), el desafuero federal y la orden de aprehensión, y la mala relación con quien encabeza el gobierno de la Cuarta Transformación son realidades que permiten suponer que los “astros no están alineados” para tal fin.

Desairar una eventual embajada sin una propuesta de por medio es una postura que le está ocasionado más daño en su deteriorada imagen, a juzgar por los comentarios que se filtran a través de las redes sociales; lo que a su vez es un indicativo que está fallando su equipo de comunicación social y el manejo de los “boots” en el espacio cibernético.

Respecto a las controversias del Congreso de Tamaulipas ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación relacionadas al desafuero y orden de aprehensión en contra del mandatario, en el mejor escenario, los ministros de la Corte ratificarán la inmunidad procesal y por consiguiente el freno a la FGR para el ejercicio de acción penal, pero solo hasta el 30 de septiembre.

Obviamente, sin los delitos que le imputan la Fiscalía General de la República y la Unidad de Inteligencia Financiera fueron fabricados, nada tiene que temer el jefe del Ejecutivo Estatal una vez que entregue la banda gubernamental a su sucesor.

Sin que necesariamente deba compararse con un sueño guajiro, la carrera por la sucesión presidencial de GARCÍA CABEZA DE VACA sería una estrategia para intentar mantener su fortaleza política una vez que termine su sexenio. Ahora que, si se trata de recibir la clásica frase “gracias por participar”, es eso es simple y sencillamente otro cantar.

Y hasta la próxima.

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