He sospechado alguna vez que la única
cosa sin misterio es la felicidad, porque se justifica por sí sola.
Jorge Luis Borges
ARTURO SUÁREZ RAMÍREZ/ @arturosuarez
Cuando se vino el cambio de sexenio de Andrés Manuel al de Claudia, un amigo periodista puso en un mensaje en un grupo de WhatsApp que habría que olvidarse de López Obrador, eso sería lo mejor para no darle más páginas, cámara o espacio a un personaje que hundió a México en una severa crisis. Por supuesto que no estuve de acuerdo, hay que seguir nombrando a todos aquellos que no cumplieron.
Han pasado seis meses y sigo pensando lo mismo, más cuando las facturas de un gobierno que tomaba decisiones sobre las rodillas siguen haciendo daño. Ahí están los aranceles con los que amaga Trump y le mete presión a Sheinbaum. También la militarización de la frontera por la crisis de fentanilo que juraban aquí no se producía. O que tal la amenaza de una posible incursión por parte de UE en México para venir por los narcos que tienen categoría de terroristas.
Lo peor ante la crisis son las formas desde la misma presidente, pasando por legisladores y obviamente sus matraqueros. Si alguien sacó raja política de los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa fueron ellos. El Pejelagarto prometió que se iba a investigar y fracasó. Gerardo Fernández Noroña gritaba a los cuatro vientos, en un terreno similar, cuando todavía se hacían las investigaciones que había sido el Estado, ahora es una caricatura de sí mismo, declara con frivolidad y arrogancia esa que le da ser presidente del Senado de la República y se burla de lo sucedido en Teuchitlán, Jalisco. El productor de narcoseries Epigmenio Ibarra hacia su pase de lista y no le reclamó a López. Solalinde colgó la sotana para convertirse, como le dijeron “en pollero del diablo”.
La situación cada vez se enrarece más en el tema del campo de exterminio en el Rancho Izaguirre ya que colectivos de buscadores señalan que la FGR quien atrajo el caso les han bloqueado el acceso al lugar y además a la investigación.
A los que se presentaban como un gobierno humanista se les cayó el maquillaje, ahí quedan las madres buscadoras a las que no les dan audiencia, los padres de niños con cáncer tachados como golpistas por los moneros a sueldo del régimen.
También están sus “comunicadores” que en la mañanera analizan que fue lo que pasó sin recato alguno ante la mirada de la presidente, esos mismos que son feroces en las redes sociales y otros adoctrinadores que se gastan millones en campañas en las redes sociales. ¿De dónde?
¿De verdad nos olvidamos del pasado?
De Gustavo Díaz Ordaz y los estudiantes del 68, de Echeverría y el “halconazo”, de López Portillo y Durazo, de Miguel De la Madrid y el terremoto del 85, de Salinas y el magnicidio de Colosio en el 94, de Zedillo y la masacre de Aguas Blancas, de Fox y el conflicto magisterial en Oaxaca, de Calderón y la guerra contra el narco, Peña Nieto y los normalistas, de López Obrador y los más de 51 mil desaparecidos, así como 200 mil homicidios dolosos, son algunos momentos.
La historia no se puede borrar por el ojo de quien gobierna, tampoco se puede culpar a la derecha ya los medios cuando ellos tienen todo el poder y la oposición sigue desarticulada. Ellos gritaban en marchas “fue el Estado”, ahora ellos son el Estado… pero mejor ahí la dejamos.
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Hasta la próxima