Haz, señor, pues eres justo
que la justa pena lleven
de tan riguroso caso
los bárbaros delincuentes;
mira que su sangre a voces
pide que tu rigor prueben.
Lope de Vega
ARTURO SUÁREZ RAMÍREZ/ @arturosuarez
Por más maromas que hagan los de la 4T la herencia que van a dejar será de muerte y destrucción, aunque la narrativa de las mañaneras sea que todo va de maravilla y que somos felices solo porque el presidente así lo cree. Pero la realidad se impone y López es un tipo que vive en una burbuja, ya no camina las calles ni recorre los municipios como cuando era candidato, está recluido en el Palacio y con las causas más dolorosas nos regala su frivolidad, ese es el Andrés Manuel López Obrador de final del sexenio.
Ya nos recetó aquello de “no me vengan con que la Ley es la Ley”, tuerce la norma, apapacha a los suyos que están bajo sospecha de corrupción como sus hermanos, su prima y sus funcionarios. Ataca con venenosas frases a activistas que denuncian el ecocidio del Tramo 5 del Tren Maya, descalifica a los padres de los 43 normalistas de Ayotzinapa, no recibe a las madres buscadoras y juega su papel de víctima mientras sus hordas rabiosas atacan desde las redes, enfurecen por una parodia a la “cenadora” Citlali Hernández y criticas periodísticas a López Gatell.
Los superiores morales se esconden en temas importantes como la crisis que vive la policía de Campeche que gobierna Layda Sansores y que llevó a mujeres a ser abusadas obedeciendo un mandato para poner orden en un penal de la entidad. Lo mismo se puede anticipar en los brutales acontecimientos de Taxco en Guerrero donde plagiaron y asesinaron a una menor de 8 años, luego el pueblo iracundo linchó a los supuestos asesinos, crímenes por donde se le vea, una ausencia de poder, ausencia del Estado de Derecho, un lugar de autoridades incapaces con su gobernadora que de nuevo reacciona tarde.
Hace un par de semanas estuve en Taxco y pude platicar con pobladores artos por el cobro de piso por parte de la delincuencia, pero también de los imitadores a los que se les hace fácil delinquir porque no hay autoridad que meta orden, me dijeron que los policías se dedican a estirar la mano para recibir billetes pero cuando se necesitan brillan por su ausencia, por ello el pueblo se estaba organizando para defenderse, sobre todo los taxistas y operadores de transporte público que aguantan cachetadas, golpizas con palos y todo queda documentado en las redes sociales.
Hace un mes se dio un paro de transportistas en Taxco, en Acapulco e Ixtapa, acusaron que la autoridad de Guerrero los había abandonado y solo hay que mirar las ruinas de Acapulco en donde si no se paga te incendian el negocio, secuestros, operación del narco, ejecuciones y terror es el pan de todos los días en el estado que gobierna Evelyn Salgado.
En ese contexto de violencia y sin fuerza pública eficiente, el jueves Santo explotó la población por el asesinato de Camila quienes quisieron hacer “justicia” por propia mano y se convirtieron en asesinos, todo eso ante la mirada de los policías que estaban bañados en gasolina y no hubieran podido evitar la terrible acción.
Ahí queda esta trágica historia de linchamiento que se inscribe a las de los estudiantes que intentaron escalar la Malinche y pasaron la noche en el pueblo de Canoa en Puebla, la de los policías en San Juan Ixtayopan y si le buscamos encontraremos más.
De nuevo la realidad de los “abrazos y los no balazos” que reproducen los regentes del Pejelagarto, de corporaciones policíacas ineficientes, de un gobierno estatal y federal rebasados y de brazos caídos ante su pueblo arto de tanta violencia, así como Taxco muchos lugares más… pero mejor ahí la dejamos.
Escríbeme tus comentarios al correo [email protected] y sígueme en la cuenta de Instagram en @arturosuarez_.
Hasta la próxima.