PALABRAS MÁS/ Seis años de la 4T

«A fin de cuentas, pensar libremente

significa también distanciarse del cuerpo.

Salir de esa jaula que te limita. Romper las cadenas

y simplemente darle alas a la mente.»

Haruki Murakami                            

ARTURO SUÁREZ RAMÍREZ/ @arturosuarez

No se le debe quitar ningún mérito al actual presidente Andrés Manuel López Obrador, sin duda el último líder de las calles que logró llegar a la presidencia en el 2018, claro en su tercer intento y cargado de muchos rencores y venganzas ejecutadas a diario desde su show matutino.

Los seis años de López le bastaron para destruir el sistema de salud, denunciar corrupción de los gobiernos pasados, sin nadie con un proceso y menos en prisión como los que surtirán medicamentos y que por ello se generó el desabasto que todavía vivimos. El mal manejo de la pandemia dejó más de 380 mil muertos ante los justificantes del científico Hugo López-Gatell. Insisto, no debe restarse ningún mérito a los cuatroteros.

Lo mismo que dejaron a las madres sin las estancias infantiles y a niños sin tratamientos oncológicos mientras los moneros del régimen mostraron de que están hechos al llamarlos golpistas. Qué decir del fiasco de la vacuna contra el SARS-CoV-2 “Patria” que no existe y no queda claro cuánto se invirtió.

Se aplaude el haber quitado la pensión a los expresidentes, pero le tembló la mano para ir por ellos empujando un proceso para hacer justicia social y para justificarse se lavó las manos en una consulta amañada. Lo mismo que la renovación de mandato que resultó una trampa para amarrar la obediencia de Claudia Sheinbaum en su evaluación de tres años.

Pero gracias a los programas sociales y a los miles de la cuadrilla de Siervos de la Nación se han encargado de mantenerlo con alta popularidad, también las redes sociales y los medios de comunicación afines, por la buena o mala. Y si de méritos se trata, tampoco debe restarse ninguno a la incipiente oposición partidista sinónimo de corrupción y que la historia no olvida.

A esto se suman las denuncias de sus relaciones peligrosas y el homicidio de casi 200 mil personas, más el asesinato de 37 periodistas, bueno hasta la militarización del país. No se queda atrás la certeza de sus obras como el Tren Maya, que esperamos no desaparezca con las lluvias, la Refinería que no refina nada, aunque él diga lo contrario y el CHAIFA como le dijo un piloto de una aerolínea.

A López Obrador la historia lo va a poner en su sitio y no será junto a los grandes héroes nacionales porque pudo ser un demócrata, aunque se conformó como sus antecesores… pero mejor ahí la dejamos.

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Hasta la próxima.

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