PALABRAS MÁS/ Se terminó la autoridad moral

La mayoría de las personas

con las que trato son humanos.

Así que he tenido mucha experiencia con eso.

Carl Sagan

ARTURO SUÁREZ RAMÍREZ/ @arturosuarez

Es entendible que un gobierno busque destacar sus logros, que se exaltan sus obras que según traerían progreso, que se pauten esos mensajes en los medios de comunicación, pero no se puede construir de forma hueca, solo de saliva con ínfimos resultados como los que tiene López Obrador y su Cuarta Transformación. Las mañaneras son su única defensa y ya no hay justificación para tantos hierros y lo que nos falta por saber.

La semana pasada se dio un hecho que ya marcó al sexenio de López Obrador, que lo pone al nivel de sus antecesores y que hasta termina por justificar sus mandatos de facto y abofetea fuerte a muchos de sus ciegos seguidores qué ya no saben, de nuevo qué fue lo que pasó, hacen maromas para justificar a su mesías.

La fotografía del comandante supremo de las Fuerzas Armadas entregando un reconocimiento a Salvador Cienfuegos ya quedó para la historia, no hace mucho decía que su detención era parte de la descomposición qué vivía el país, luego lo defendieron y lo trajeron para exonerarlo, pero seamos claros no se trata de venganza sino de la supuesta autoridad moral qué dicen tener. ¿O sigue la descomposición mentada por el Pejelagarto?

De nuevo se equivocaron, no hay ninguna ceremonia del Ejército o alguna otra dependencia a la que el presidente esté obligado a acudir, ningún subordinado puede mandar al comandante ni cuestionar el mando de Ejecutivo, así que no estaba obligado y bien pudieron mandar a la secretaria de Gobernación o algún otro, pero prefirieron acudir y salir en la foto con un impresentable acusado por personajes como Gerardo Fernández Noroña o Epigmenio Ibarra qué también tienen que tragar sapos.

Lo que mejor pudo hacer López fue molestarse con los periodistas qué lo criticaron y hasta los llamó “progres buena ondita”, como el caso de Julio Hernández. Uno de los mensajes que manda es que ya le pasan la factura de tanto poder qué les ha dado a los de verde olivo, no los regresó a los cuarteles como prometió, sino que los hizo empresarios, constructores y administradores, bueno ni Felipe Calderón se atrevió a tanto y hoy las acciones del michoacano encuentran justificación en las acciones de López.

Lo mismo que la verdad histórica de Peña Nieto en aquello de los 43 normalistas desaparecidos, no hay un avance sustancial, los padres no están conformes con el trabajo del gobierno que solo está girando en lo mismo, y unos días después premian al que fuera el secretario de la Defensa qué por fuerza debió estar enterado de lo que sucedía aquella noche trágica.

Aunque busquen minimizar el tema, esa acción lo pinta de cuerpo entero y nos habla de que aquello del cambio fue un embuste, una fantasía. Aquel que pregonaba superioridad moral y que no quería manchar la investidura presidencial, no solo se manchó el plumaje, se hunde en el fango del pantano llamado 4T.

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Hasta la próxima.

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