En México el poder es más codiciado que la riqueza.
Si es usted millonario, le será difícil —casi imposible—
pasar de los negocios a la política. En cambio, puede usted
pasar de la política a los negocios.
Octavio Paz
ARTURO SUÁREZ RAMÍREZ/ @arturosuarez
Aquello de que en salud seríamos como Dinamarca quedó para la historia, una mentira más de López Obrador, un presidente con una gran aceptación por los programas sociales pero que se fue sin palabra porque no cumplió abatir el desabasto de medicamentos y tener un sistema de salud simplemente mejor que con Enrique Peña Nieto o Felipe Calderón, no pudo.
Aunque la presidente Claudia Sheinbaum ha pedido que ya se le deje en paz porque está retirado y escribiendo, la herencia que dejó es terrible, profunda y agravándose en temas de salud. La misma Sheinbaum desvía la atención y se enoja cuando se toca el tema y más cuando se habla de desabasto, de la megafarmacia o del cuadro básico de vacunas que no está completo.
Menos les gusta hablar del exceso de muertes que dejó la pandemia por el Covid-19 y el FRACASO de Hugo López-Gatell y López Obrador en enfrentar la pandemia. La factura al doctor se la siguen pasando, no fue ni senador, ni diputado, menos parte de algún gobierno estatal, en el gabinete de Claudia ni lo tomaron en cuenta, terminó como payaso en la televisión, pero ese fue el papel que decidió jugar.
La promesa del segundo piso de la 4T sigue siendo la misma, calidad en el servicio, puntualidad en las citas, cuadro completo de medicamentos porque ahí va la vida de la población y no son estadísticas alegres que se presentan en la mañanera, de nuevo son vidas.
Aunque la falla de Claudia ha sido grande, reconoció en una mañanera que en marzo comenzaría la compra consolidada y distribución, todavía no se cumple al cien y hay carencias, igual que su mentor puro discurso, se avanza poco en eso de cumplir con el mandato constitucional de salud para la ciudadanía.
Un dato que da el INEGI y que resulta importante para el análisis, es el aumento del 61% en el mes pasado en el precio de consultas, algo que no sucedía desde 2004. La escalada se da principalmente en el servicio que ofrecen los consultorios que se encuentran en farmacias, esas que ofrecen entre 60 y 100 pesos consulta, claro más los medicamentos genéricos, todo para salir del paso con la enfermedad y no gastar tanto con una inflación del 3.93% ya que en muchos casos se compra medicina o alimentos.
Solamente tratar algo como una influenza estacional puede costar entre 400 y 600 pesos, que en una familia de presupuesto apretado resulta un problema con todo y programas sociales.
Pero ese no es tema en Palacio Nacional, si algún reportero pregunta será maltratado, igual que con López Obrador y será expuesto en redes sociales como un “chayotero” que busca desprestigiar al régimen, aunque López Obrador lo hizo antes de irse, empeñó su palabra, su nombre y perdió el Pejelagarto.
Acudir al servicio público de salud puede convertirse en un calvario, obviamente no es nuevo, pero ¡carajo!, en el gobierno de los humanistas debería ser problema superado porque cada falla puede ser la muerte de un ciudadano… pero mejor ahí la dejamos.
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Hasta la próxima.