Conozca todas las teorías. Domina todas las técnicas,
pero al tocar un alma humana sea apenas otra alma humana
Carl Jung
ARTURO SUÁREZ RAMÍREZ/ @arturosuarez
Aquí se lo comentó. Cuando López Obrador ganó la presidencia y luego sacaron de escena a César Yáñez a quien lo había acompañado en las tres campañas, el encargado del manejo de medios fue Jesús Ramírez Cuevas, un personaje maquiavélico que construyó a sus “comunicadores” para que ayudaran al tabasqueño, francotiradores a sueldo que van contra aquellos que critican al régimen, así se mueven en las redes sociales donde son voraces.
Mientras Jenaro Villamil se encargó, junto con Ramírez Cuevas, de diseñar la estrategia en los medios de comunicación del Estado, donde insertaron incondicionales de la 4T y transformaron a la televisión pública en canales de franco adoctrinamiento, sin lugar para la crítica y menos para el debate que hacen mucho bien a los países democráticos. Para decirlo con todas sus letras, aunque no eran ejemplo en los tiempos del PAN y luego del PRI hubo espacio en esos canales para algunos que hoy están entregados al “movimiento” del Pejelagarto y Claudia Sheinbaum.
Pocos son los youtuberos que tienen una formación académica que respalde su actividad periodística, solamente se escudan en aquello de la honestidad que pregonan sus altos jerarcas como si eso fuera suficiente. Otros hasta amenazaron a compañeras en el mismo salón donde estaba el presidente y al verso descubiertos solo hacían muecas y luego no supieron en que ojo iba el parche de pirata. Otros ofrecían sus servicios a medios en los que ya trabajaban reporteros que acudían a la conferencia. Algunos que dicen tener origen inglés están denunciados por amenazas.
Esos son los personajes a los que recurren la 4T para supuestamente desenmascarar a los del hampa del periodismo. Eso sí, que cada quien califique el trabajo periodístico, a los periodistas, programas o medios en las que las audiencias se informan. Ahí quedan los trabajos en los que se implicaba a los hijos de López Obrador, las corruptelas en Segalmex, las compras del hijo de Bartlett y sí, muchos gritos y sombrerazos, pero ni un renglón desmentido.
Esos son a los que la presidente Claudia Sheinbaum y Ramírez Cuevas van a recurrir para que vayan a la mañanera a contar que fue lo que vieron en Teuchitlán en Jalisco. Claro que ya dejaron ver que van a presentar, basta entrar a las redes sociales y mirar sus contenidos. Además, con la falta de conocimiento en temas periodísticos y el hígado entregado al régimen van ir contra aquellos que denunciaron la existencia del rancho Izaguirre y no me refiero a compañeros periodistas, sino a los activistas y madres buscadoras a quienes van a injuriar.
Cómo estará la situación que Sheinbaum Pardo advirtió que dará a conocer quién fue la primera persona que habló de este caso, por el que se fue construyendo “una historia”, incluso en eso salió el nombre del periodista Carlos Loret de Mola y señaló que tiene derecho de réplica.
El asunto debió abordarse con un verdadero rigor científico por parte de la Fiscalía de Jalisco y luego por la Fiscalía General de la República, pero lejos de eso, permitieron que buscadores y representantes de medios ingresaran sin el menor cuidado a una zona que debía estar resguardada. Peor, le transferirán la responsabilidad de la credibilidad a sus “influencers”. Este es un caso trascendente para la administración de Claudia Sheinbaum porque los ojos del mundo están puestos en ella… pero mejor ahí la dejamos.
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Hasta la próxima.