Todo aquello que echo de menos de mí,
soy capaz de observarlo en los demás.
Jacques Derrida
ARTURO SUÁREZ RAMÍREZ/ @arturosuarez
Mal comienza el año para la administración de Claudia Sheinbaum porque las grandes ideas y las malas obras que le heredaron comienzan a mostrar sus resultados. Aquí se lo dije, esas magnas obras, por la inversión, por las dimensiones, por la expectativa que generaron, son incapaces de esconder el éxito o el fracaso en su operación.
No se trata de ser aves de mal augurio como dicen los propagandistas del régimen que andan furiosos. Ni de ser “agoreros” porque lo utilizan mal, eso se trata de una persona “que predice males o desdichas. Dicho especialmente de la persona pesimista. Usado también como sustantivo”.
Para un gobierno que conduce una científica aquello de la suerte o las predicciones deben quedar en un cajón y se debería privilegiar el rigor y el método, todos sabemos que el ejercicio de gobierno de López Obrador fue la mañanera, ahí ejerció el cargo y muchas de sus determinaciones las hizo por la improvisación.
En la “mañanera del pueblo” del Día de Reyes, la presidenta estuvo muy molesta. En primera porque sigue la controversia con el New York Times y otros medios que han reproducido y abonado a la investigación de los laboratorios de fentanilo y a pesar de querer desacreditar el reportaje, ni unos ni otros muestran evidencia contundente para afirmar o negar como trabajan para fabricar dicha droga.
Bueno de qué manera está la situación que hasta Ken Salazar embajador de EU en México señaló durante su última conferencia como plenipotenciario señaló que “Trabajé tanto con Sedena, Semar y la Fiscalía, sé que lo que pasa, hay fentanilo en México y también sé que se produce acá”.
En segundo lugar. Tres medios de comunicación presentaron trabajos sobre la diversificación de las operaciones del crimen organizado y el giro que han dado para dedicarse al tráfico de personas. Sheinbaum quiso jugar como lo hacía López Obrador, pero no tiene esos dotes histriónicos, eso sí culpó a los opositores, habló del “humanismo mexicano”, de programas sociales y avances, pero no respondió de manera clara.
En tercer lugar. No ocultó su enfado por la pregunta sobre que Mexicana de Aviación dejará de operar varias rutas. Pero no solo eso, se estima que se reduzca su flota de aeronaves y las que habían anunciado que llegarían, es muy probable que ya no lo hagan.
La presidenta dijo que Mexicana seguirá volando y no es tan importante las ganancias que esta pueda producir. ¿Pero qué empresario podría pensar así? ¿Qué no se está jugando un capital que emana de los recursos públicos? ¿O por qué son públicos no importan?
Lo que, si queda claro, que este fracaso empresarial es parte del tiradero que le deja la administración pasada. Es ahí donde debe cobrar importancia el pensamiento crítico, el rigor y el método, se deben tomar buenas decisiones y no sobre las rodillas. Veremos cuantas más salen a flote… pero mejor ahí la dejamos.
Escríbeme tus comentarios al correo [email protected] y sígueme en la cuenta de Instagram en @arturosuarez_.
Hasta la próxima.