PALABRAS MÁS/ Los malosos muestran músculo

La observación

es un arte moribundo

Stanley Kubrick

ARTURO SUÁREZ RAMÍREZ/ @arturosuarez

A Enrique Peña Nieto se le terminó el sexenio con la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa y eso eclipsó sus Reformas Estructurales de Estado, luego cuando ganó López Obrador la presidencia en el 2018 prácticamente esa noche dejó la Presidencia de la República y el tabasqueño comenzó su mandato. Cinco años después el Pejelagarto repite el mismo patrón con la diferencia que no se ha realizado la elección, pero él ya entregó el bastón de mando a Claudia Sheinbaum, mientras tanto que los gobernados se rasquen como puedan.

Pero el presidente se regodea que todo va bien en el país y habla de números alegres y que han bajado los homicidios relacionados al narcotráfico, los malosos le organizan un desfile en la frontera de Chiapas y Guatemala para mostrar el músculo ante los otros cárteles, pero también que quede claro quién manda y no es la autoridad ni federal ni la estatal, menos la municipal, claro que desde Palacio Nacional la orden, como dice García Vilchis en su sección “Quién es quién en las mentiras”, “aplicaron el nado sincronizado”, todos repiten que se tratan de hechos aislados y que es tomado por la derecha para hacer campaña contra la 4T, ¿Cuál transformación?

Pero los números son escalofriantes, 166 mil 860 asesinatos que convierten al sexenio de López Obrador en el más violento, el de más letalidad, aunque quieran negarlo no se puede. Aquello de los “abrazos y no balazos” ya recoge la cosecha y se trata de una política de brazos caídos donde gana el crimen organizado. Aquello de levantarse a las 5 de la mañana para encabezar a las 6 el Consejo de seguridad es solo para la bonita retórica tropical y quedará en una mala anécdota. Qué decir de los programas sociales para arrancar a los jóvenes de las manos de los malosos, no hay evidencia de que esté funcionando.

La herencia que va a dejar la Cuarta Transformación será muy difícil de recuperar en el ámbito de la seguridad, no importa quien llegue a la presidencia Xóchitl o Claudia, van a recibir un país bañado en sangre, donde el crimen organizado es el quinto empleador más grande de todo el país, dato de la prestigiada revista “Science”, claro que desde Palacio ya la califican de neoliberal. Es escalofriante preguntarse ¿Qué rumbo llevamos? ¿Qué posibilidades de un futuro mejor para las nuevas generaciones tenemos? ¿No hay escapatorias?

Ahora resulta que el narcotráfico tiene una fuerza laboral mayor que muchas de las grandes empresas nacionales. El gobierno está obligado, repito obligado a crear las mejores condiciones para la generación de empleos, generar inversión nacional e internacional, ser detonante para el crecimiento, pero resulta que esas acciones de gobierno que ha generado la administración de López Obrador las están concretando los malosos, incluso en su momento el exembajador de EU en México, Christopher Landau, señaló que en el país el narco ya ocupaba del 40 al 45% del territorio mexicano.

A lo anterior hay que sumar la cultura narca donde se exaltan a esos impresentables y se ponen como héroes, los narcocorridos, las series de narcotráfico que por cierto varias fueron producidas por uno de los más grandes e incondicionales propagandistas de López, pues miles de jóvenes son engullidos por ese monstruo del cual no hay regreso, muertos y desaparecidos, corrupción y decepción de un gobierno de incapaces que solo les queda negar y contemplar su fracaso… pero mejor ahí la dejamos.

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Hasta la próxima.

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