Somos nuestra memoria,
somos ese quimérico museo
de formas inconstantes,
ese montón de espejos rotos.
Jorge Luis Borges
ARTURO SUÁREZ RAMÍREZ/ @arturosuarez
En las democracias ganan las mayorías y así ha sido en México desde el 2000, año en que se eligió a Vicente Fox y se dio la alternancia en el poder, aquello generó una gran expectativa que se disipó muy pronto, Fox resultó un bobalicón mandilón y Martha Sahagún la ganona. Ese fue un gran ejemplo de que las mayorías se equivocan, las democracias también eligen mal porque el “zorro” de Guanajuato nunca ocultó lo que era.
Luego llegamos a Felipe Calderón y la gente avaló la continuidad de aquel modelo, claro que el Pejelagarto se encargó de abonar a la idea de un fraude que nunca comprobó. Con Calderón y su guerra se generaron más de 120 mil muertos, intolerancia, arrogancia y corrupción encarnada en Genaro García Luna, eso ya no lo soportó la ciudadanía y se lo cobró en las urnas y no se eligió a Josefina Vázquez Mota.
A Enrique Peña Nieto se le dio la oportunidad por el hartazgo ciudadano. Su candidatura la construyeron de a poco y desde las televisoras, entonces al electorado le vendieron una historia de telenovela que justificó la ciudadanía hasta que se le vino abajo sus reformas por el caso de la desaparición de los 43 normalistas, de nuevo la corrupción y de nuevo López jugó para pactar impunidad y la gente le dio el respaldo con 30 millones de votos.
Este sexenio que está por concluir ya sabemos la historia y aun así la gente decidió respaldar el segundo piso de la 4T, es decir la mayoría está de acuerdo o no le disgusta la falta de medicamentos, los 380 mil fallecidos de la pandemia, justifica la operación del narco y sus casi 190 mil muertos, la corrupción de los hijos del presidente, la de sus cercanos, la caída del Rébsamen y de la Línea 12 con sus víctimas, parece que nada les movió porque los programas sociales y la estrategia funcionó en una elección de Estado.
Pero no es lo único que se avaló para seguir con más de lo mismo, también se repudia al PRI y al PAN y no quiso más PRD, incluso el partido puede perder su registro, pues no le alcanzó.
Si en las democracias las mayorías también se equivocan y así nos ha ido, porque no hay otros, son los mismos y el modelo partidista se agota. Veremos que deja la impugnación de Xóchitl Gálvez, pero son 35 millones de votos de Sheinbaum contra 18 de la hidalguense, la oposición deberá aprender a ser minoría… pero mejor ahí la dejamos.
Entre Palabras
¿Porras a Evo Morales? ¿Esos fueron los observadores electorales de Morena? ¿Con qué autoridad?
Escríbeme tus comentarios al correo [email protected] y sígueme en la cuenta de Instagram en @arturosuarez_.
Hasta la próxima.