No desesperas, ni siquiera por el hecho de que no desesperas.
Cuando todo parece terminado, surgen nuevas fuerzas.
Esto significa que vives.
Franz Kafka
ARTURO SUÁREZ RAMÍREZ/ @arturosuarez
No sé equivocó Enrique Krauze cuando le puso el mote a López Obrador del “mesías tropical”, un personaje que se creyó todopoderoso, redentor de los pobres, y un justiciero, pero solo en el discurso, en la realidad le hizo mucho daño al país.
Y sí, sus adoradores podrán hablar de su alta popularidad que se explica porque es un gran seductor como todos los populistas y labrada por la potencia de programas sociales que apuntalaron la narrativa de “por el bien de todos primero los pobres”. Ahí está la herencia que le dejó a Claudia Sheinbaum y cada éxito, representa algo mal hecho que va en detrimento de los gobernadores, no solo de “fifís”, sino de todos los mexicanos como el crecimiento de la deuda externa en 7 billones, más lo que se traía 17 billones de pesos y contando porque este sexenio también trae sus proyectos.
Uno de los Múltiples fracasos del Pejelagarto fue haber sumido al país en el peor desabasto de medicamentos en toda la historia, aunque lo siguen, no hay una estimación de cuántas personas perdieron la vida, cuántas perdieron calidad de vida y las que están en espera de una cirugía o no reciben sus tratamientos oncológicos como los niños que sus padres no se han cansado de denunciar y han sido tachados de golpistas.
En ese camino vamos, mientras el gobierno de Claudia y de López juegan al ahora sí y van postergando la llegada de medicamentos. ¡Vaya humanistas! Por una u otra cosa no cumple con la encomienda constitucional. El tabasqueño se fue sin palabras, juró y perjuró que habría medicinas, empeñó su palabra y su nombre, se fue sin él, dejando su megafarmacia que no sirvió de mucho.
Aunque se anunció una inversión de aproximadamente 120 millones de pesos para la distribución de medicamentos e insumos médicos, la realidad es que esta medida parece más una solución emergente que un plan estratégico de largo plazo. A pesar del millonario diseño, persisten dudas fundadas sobre la eficacia del sistema de distribución, que en años recientes ha sido incapaz de garantizar el abasto oportuno en clínicas y hospitales públicos.
El problema no ha sido solo de dinero, sino de logística, planificación deficiente y falta de supervisión. En varios estados, los pacientes continúan enfrentándose a recetas incompletas, retrasos en tratamientos e incluso cancelaciones de cirugías por la falta de materiales básicos. Es decir, aunque la cifra de inversión pueda parecer significativa, lo cierto es que, si no se corrigen de raíz los problemas estructurales del sistema de salud, ese dinero podría terminar siendo otro gasto sin resultados visibles.
La presidenta Claudia Sheinbaum lleva 10 meses prometiendo la llegada de medicamentos, entre las dos administraciones desde casi siete años. ¿Ahora sí? En la mañanera dijo que ya se compraron el 96% de las medicinas y que se entregarán en camionetitas, una idea de Rocío Nahle. Además, podrás seguir por medio de aplicaciones, como en la paquetería comercial, por dónde va tu medicamento y cuándo llegará. Pues… ¿Qué puede salir mal?
Nadie con sentido común puede desear que al gobierno le vaya mal y menos en el tema de salud, aunque con tantas mentiras se resquebrajan las ilusiones… pero mejor ahí la dejamos.
Entre Palabras
Otra de inocentes. ¿Qué Felipe Calderón no sabía nada de las relaciones peligrosas de García Luna? ¿Qué López Obrador no sabía nada de las actividades de su jefe de oficina? ¿Qué Adán Augusto tampoco sabía nada de su funcionario? ¡Vaya inocencia!
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Hasta la próxima.