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Toda unificación mística es un engaño:
la impotente huella interior de la revolución rebajada.
Theodor Adorno
ARTURO SUÁREZ RAMÍREZ/ @arturosuarez
Desde hace unos días se sabía que Morena no tenía los votos suficientes en el Senado de la República para pasar la reforma al Poder Judicial de López Obrador, desde entonces comenzaron las maromas con las matemáticas como las que hizo Adán Augusto López, pero el mandato era claro, buscar a un senador que la hiciera el papel de Judas Iscariote, sin ese Judas simplemente no hay historia y pronto lo consiguieron en Miguel Ángel Yunes Márquez.
Cuando terminaba la mañanera de ayer, periodistas le gritaron a López Obrador cuál era su postura referente a las presiones que habrían recibido senadores y la posibilidad de un pacto de impunidad con los Yunes. El pejelagarto regresó al micrófono para decir que de eso no opinaba, que tenía mucho que hacer como para meterse en eso. Pero seamos claros, nada se mueve en el Senado de la República sin que les den la instrucción desde Palacio Nacional, así fue la legislatura pasada en que pasaron iniciativas sin mover una coma.
Hay que recordar los encontronazos que se dieron en el pasado entre Andrés Manuel López Obrador y el panista Miguel Ángel Yunes Linares cuando este era gobernador de Veracruz, que se decía ofendido por el tabasqueño y lo llamaba “loco vividor del sistema” para luego retarlo a un debate que nunca se dio. Claro que los seguidores de López se pronunciaban en redes sociales, pedían investigaciones y hasta juicio político para los Yunes, pero como en otras propuestas se diluyeron.
Como han cambiado las cosas. Desde hace un par de días y en la columna de Ricardo Raphael corrió la versión de que el traidor sería el senador Miguel Ángel Yunes Márquez, con el paso de las horas y el silencio del veracruzano se confirmó que votaría favorablemente. Pero se excusó para llegar a la sede del senado y su suplente, que es su padre, juró el cargo porque su vástago estaba enfermo de la columna. Así partió plaza Yunes Linares, flanqueado por Citlali Hernández, Félix Salgado Macedonio y Adán Augusto López, sí, quienes son conocidos por ser los más recalcitrantes obradoristas le daban trato de héroe, que momento más bizarro del sexenio de López.
Ahí queda las negociaciones que hizo el presidente de Acción Nacional y el partido completo, ellos son responsables de la candidatura de Yunes Márquez y la suplencia de su padre Miguel Ángel Yunes Linares. Vaya encontronazo que se dieron en tribuna llamándose “traidores”, eso representa hasta donde ha caído ese partido y es un remedo de lo que llegó a ser. Aunque Cortés y los suyos, así como Alejandro Moreno del PRI hagan pataleta, se perfilan para perder la votación.
Bueno cómo estará la cosa que la senadora Lilly Téllez le lanzó monedas a modo de comprarlo con Judas. La expresentadora de noticias calificó al político mexicano de ser un traidor a la patria, por lo que no dudó en arremeter en su contra.
Pero insisto, eso queda para los momentos más bizarros de la 4T. Luego de la toma del Senado de la República y que se fueran a la vieja casona de Xicoténcatl, se les vio juntos a los Yunes, ya nada les dolía por arte de magia, o por el pacto de impunidad, en fin. El frenético y enloquecido Noroña convertido en presidente del Senado anunció que el enfermito de la columna se reincorporaba a sus actividades, papá le había hecho el trabajo.
Así el cierre de sexenio de López Obrador que arrastró a una turbulencia innecesaria a Claudia Sheinbaum, se confronto con EU, las calificadoras anuncian incertidumbre en el país, devaluación del peso, los índices de violencia no bajan y le echó gasolina a la protesta en las calles donde más de una ocasión se han encendido los ánimos, aunque hay responsables con nombre y apellido… pero mejor ahí la dejamos.
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Hasta la próxima.
