PALABRAS MÁS/ Gatopardismo a la 4T 

Ten cuidado; pues no conozco el miedo

y soy, por tanto, poderoso.

Mary Shelley (Frankenstein)

ARTURO SUÁREZ RAMÍREZ/ @arturosuarez. En una entrevista antes de asumir la presidencia, López Obrador dijo que su ejemplo sería suficiente para inspirar a los demás y que llamaría a un gran pacto para terminar con la corrupción, ese mal ancestral no se terminó y no barrió las escaleras como dijo durante la campaña del 2018, solo se practicó el gatopardismo, hacer como que todo cambió, pero en la realidad es que sigue igual y hasta peor, dicen que son diferentes, se califican de humanistas y rinden pleitesía al redentor tabasqueño que enmascarado en la justicia solo construyó sus venganzas para quien no esté de acuerdo con él.

Muchos de los que votaron por López Obrador lo hicieron hastiados de los corruptos y malos gobiernos del PAN y del PRI, sobre todo del último que llevó al límite sus mañas que fueron perfeccionando con más de 70 años en el poder, pero no hay que olvidar que el Pejelagarto y varios de su rodada que hoy lo acompañan fueron formados en lo más rancio e intolerante de ese partido. López Obrador nunca buscó hacer justicia y su promesa de llevar a juicio a los ex presidentes se disolvió con una consulta con resultado a modo, fueron perdonados y de ser la mafia en el poder hoy los nombra como licenciados.

Así se han ido cuatro años de la 4T donde las acusaciones de los funcionarios peñistas se cayeron una a una, quizá por conveniencia, quizá por estar acordado en aquel pacto de impunidad con Peña Nieto al que no han tocado más que en los discursos de los corruptos del pasado, hoy Rosario Robles está en libertad porque no le pudieron fincar la responsabilidad de la “estafa maestra”, mientras que Emilio Lozoya sigue en prisión pero según la periodista Lourdes Mendoza con lujos como en aquellos tiempos en que narcotraficantes hacían de todo en los penales, pues el exdirector de Pemex goza de comida gourmet a domicilio y de vinos exclusivos, todo esto dentro de la prisión.

Hay que recordar que, si Lozoya Austin está en prisión, es únicamente porque López enfureció cuando quedó al descubierto la lujosa vida que se daba y lo pescaron el 9 de octubre del 2021 cenando pato pekinés y buenos vinos en el restaurante Hunan, hasta ahí se trasladó la reportera, lo encaró y le tomó video que luego presentaron en la “mañanera”. Así el 4 de noviembre del año pasado el sistema judicial dejó tras las rejas a Emilio Lozoya, exdirector de Pemex acusado de recibir sobornos de la empresa brasileña Odebrecht, lo que se había empantanado lo resolvieron en 26 días.

Luego se supo que Emilio Lozoya buscaba un acuerdo, había negociaciones con su padre y abogados, se encontraban a nada de lograrlo y cometió, para él claro, aquella imprudencia, aunque las fotografías no se presentaron como pruebas, seguramente la presión que salió de Palacio Nacional surtió efecto en el juez. Desde entonces el proceso se aletargado tanto que comparecerá hasta el 2023. De nueva cuenta Lourdes Mendoza asesta un golpe preciso al difundir que Lozoya sigue con su estilo de vida y desde su celda tiene acceso a celular, vinos de alta gama, comida de los mejores restaurantes y más.

Para nadie es un secreto la corrupción que deja buenos dividendos en los reclusorios, pero según los que hoy están en el poder esos tiempos se habían terminado, veremos cómo se pone López cuando lo cuestionen sobre el caso. Ya se vive la última parte del sexenio de López Obrador y nunca siguieron la línea de corrupción del sexenio pasado, todos los caminos llevan a Peña y López terminó por protegerlo, al final el gatopardismo se impuso… Pero mejor ahí la dejamos.

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Hasta la próxima.

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