He visto a personas obrar mal con
mucha moral y compruebo todos los
días que la honradez no necesita reglas
Albert Camus
ARTURO SUÁREZ RAMÍREZ/ @arturosuarez
Estamos a unas semanas de terminar el año que estuvo marcado por la elección presidencial y la continuidad del proyecto de Andrés Manuel López Obrador, como buen ex priista ya dictó su testamento, eso incluye perpetuarse en el poder, hasta donde tope, quizá 20, quizá 40 o 70 años.
Al tabasqueño le tomó tres campañas llegar a Palacio Nacional, pero su carrera la construyó por muchos años, desde los 80 que tomaba pozos petroleros en su Estado. Luego se insertó en el PRD donde fue dirigente y en el 2000 candidato a la Jefatura de Gobierno, la cual ganó a pesar de no cumplir con el requisito de la residencia, ese cargo lo ocupó hasta el 2005 en que se lanzó por la presidencia que no ganó, así de simple PERDIÓ con Felipe Calderón a pesar de la historia del supuesto fraude, López y los suyos nunca presentaron pruebas.
Desde aquellos hechos, se convirtió en un gran candidato, que no es lo mismo que gobernar, fue acumulando rabia y rencor que se agudizó en el 2012 cuando, de nuevo perdió la elección, otra vez se dijo robado ahora por Enrique Peña Nieto, tampoco presentó pruebas contundentes de sus dichos, de nuevo más rencor.
Quizás por eso cuando ganó en 2018 ya era un viejo envenenado por el odio y sediento de venganza. Pero no se puede negar que el Pejelagarto es muy inteligente para la campaña, para permanecer, aunque no esté físicamente presente. Todos esos años de campaña, también fueron de corrupción del PAN y del PRI, así hasta que con una ayudadita se convirtieron en marcas perdedoras y con el estigma de la corrupción, a eso hay que agregar más de cinco años de mañaneras en que los tendió un día sí y otro también, pues quedaron reducidos y prácticamente inservibles. Pero seamos claros, ni estos, ni aquellos han cumplido con lo prometido. ¿Se imaginan qué hubiera sido de López y su 4T sin programas sociales? ¿Le hubieran perdonado todo sin pensiones?
El segundo piso de la 4T tiene como objetivo ser un partido como el PRI, con el padrón más grande, con cuadros y operadores qué garanticen la supervivencia y de ser necesaria la reproducción del modelo. La ruta está bien trazada, ahí están operando los de siempre y no es para sorprenderse que reciban línea desde “la Chingada”. No hay que perder de vista los pasos de Andrés López Beltrán, quien hereda todo su capital político y eso incluye a Morena.
Es muy temprano para proyectar el 2030, pero créanme que lo tienen claro, “Andy” buscará repetir la ruta de su padre, primero el gobierno de la Ciudad de México y luego la presidencia, aunque dependerá de las circunstancias puede saltarse la primera escala. Por lo pronto ya recorre el país, todos los municipios, no quieren ni un cabo suelto para convertirlo en otro liderazgo como su padre.
Aunque ya en la CDMX durante un mitin aseguró que dedicará su vida al bienestar de la Ciudad de México, un guiño que militantes interpretaron como una aspiración a la jefatura de Gobierno.
Mientras tanto la oposición solo mira, no termina por asentarse a pesar de las derrotas y los “cambios” en sus dirigencias. No tienen quien tome el papel de líder que pueda inspirar y contagiar a los que apoyaron a Xóchitl Gálvez que no necesariamente se identifican con PRI o el PAN. Los partidos políticos que nacerán no serán nada nuevo y difícilmente serán oposición.
Así que la ruta está trazada y si los opositores no hacen nada porque son políticos de tiempo completo, la historia de partido único en el poder la vamos a repetir y eso, con estos y aquellos, creímos que era cosa del siglo pasado… pero mejor ahí la dejamos.
Entre Palabras
Para aquellos que critican a los galardonados con la presea Libertad de Expresión Ricardo Rocha, tienen todo el derecho y la obligación de hacerlo. Pero, deberían hacerle caso a su líder moral “hacer periodismo alejados del poder”, hoy son una vergüenza.
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Hasta la próxima.