Porque todo en este mundo está perdonado de antemano,
y por tanto, todo cínicamente permitido.
Milan Kundera
ARTURO SUÁREZ RAMÍREZ/ @arturosuarez
Ni Enrique Peña Nieto, ni Andrés Manuel López Obrador, lograron que Donald Trump les diera trato de iguales, menos de socios comerciales. Los dos fueron utilizados y luego desechados, sobre todo López que afirmaba lo pondría en su lugar y nada. El republicano hasta le dijo que no había visto doblarse a nadie como él.
Y es que Trump es un personaje estruendoso, un verdadero bravucón, ahora con el agravante que será su segundo mandato y no tendrá freno, no tiene que cuidar las formas porque ya no habrá otra reelección. Y no hay que perder de vista a quienes ya operan en su equipo y la mayoría no ven con buenos ojos lo que pasa en México, que conste que no se trata de quedar bien con ellos o ser “malinchista” pero eso será factor en los próximos meses.
Faltan más de diez días para que jure el cargo y la administración de Joe Biden ya se hizo a un lado y los coletazos del magnate ya se sienten en varios frentes, muchas de sus declaraciones son disparates, pero el asunto es que será, de nuevo, el hombre más poderoso del mundo.
No deja de sorprender como han colocado a México en su agenda, cuando nuestro país debería estar en un segundo o tercer nivel. Pero la crisis por fentanilo, la migración y la rivalidad comercial con China y los guiños que gigante asiático ha tenido con la 4T ya se manifiestan en las ideas de quien será el presidente 47 de EU.
En ese contexto ya se despidió el embajador Ken Salazar y al igual que su antecesor Christopher Landau hizo énfasis en la producción de fentanilo en nuestro país. No es un secreto que, en la guerra no declarada contra los narcos, estos han ganado terreno y han diversificado sus actividades ilícitas. Esas son las consecuencias de un gobierno que renunció a sus obligaciones constitucionales de brindar seguridad. Aunque no guste en Palacio Nacional no hay evidencia que las cosas vayan mejorando.
Así que se fue de la embajada Kent Salazar, muy cercano a López Obrador hasta que lo criticó por la reforma al Poder Judicial y luego la extradición de Ismael “El Mayo” Zambada, ahí perdió el derecho de picaporte y con Claudia Sheinbaum perdió toda la fuerza, no regresó a Palacio donde era invitado frecuentemente.
Ya llegó el nuevo cuerpo diplomático de EU, en unos días arribará el nuevo embajador, Ronald Johnson, se espera que sea un tipo duro como le gusta a Donald Trump y que secundará todas sus ideas por más disparatadas que sean.
Con Marco Rubio como secretario de Estado de EU y de Ronald Johnson como embajador de Estados Unidos en México, el presidente electo Donald Trump apuesta a una diplomacia coercitiva y marca la defensa de los intereses nacionales del país del norte en México.
Dice Trump que hay que cambiar el nombre al Golfo de México, convertirnos en el Estado 52, deportaciones masivas, guerra de aranceles y otros dislates que vendrán. Se le puede catalogar de desquiciado, de loco, pero uno con mucho poder y eso es suficiente para tomarlo muy en serio… pero mejor ahí la dejamos.
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Hasta la próxima.